Paradojas en campaña

El domingo pasado se me ocurrió acercarme al centro a tomar el vermú. Hace unos meses era una costumbre habitual. Ultimamente la evito. Se está más tranquilo en el barrio. La cosa es que según llegaba a uno de mis habituales me alarmé. Había un gran despliegue de medios… policiales. Según parece se podía pasar así que pasé el primer cordón de seguridad. No se veía nada extraordinario en la Plaza, salvo otro cordón de seguridad aún más compacto. Entre los uniformes negros, los cascos rojos y los escudos de metacrilato me pareció ver a un grupito de personas. Era un mitín de Vox. Curiosa paradoja, pensé mientras caminaba. Hay que ver lo que nos cuesta el despliegue policial para garantizar que puedan provocarnos con tranquilidad. Y que curioso es que los que les protegen serían de los primeros en quedarse en paro, que estos son más de caqui y de verde oliva que de rojo y negro. Curioso también que, visto lo visto por estos y otros lares, en estos y otros momentos, los protectores de la libertad de expresión de unos sean tan celosos en ello como en la represión de la de otros. Mi bar estaba cerrado, me di la vuelta y busqué otro. Paradojas en campaña.

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