Memoriales

Publicado en Diario de Noticias de álava el miércoles 9 de octubre de 2019

¡Oh sorpresa! Allí donde debían estar estaban, bajo las escaleras, las ruinas restantes de lo que fue en su día un gran convento. Es lo poco que dejaron sin derribar los fabricantes de solares vacíos, gremio de honda raigambre entre las clases mandatarias vitorianas. Han reaparecido en la renovación del entorno del teatro que fue luego banco y que, si la memoria no me falla, porque anda que está siendo una obra larga, será algún día de estos memorial de víctimas. Se debate ahora si lo suyo sería dejar visibles los restos del despropósito o, una vez visto y fotografiado, completarlo totalmente, cargarnos los despojos y poner el ascensor previsto bien forradito de la piedra esa tan de moda.

La cosa es que pasando el otro día como un jubileta más a ver la obra desde la barrera, me dio a mi por pensar que en ese contexto de víctimas y memorias lo mismo no estaba mal crear en el entorno de las ruinas un espacio dedicado a la memoria de las víctimas patrimoniales del urbanismo especulativo de la ciudad. Podríamos poner una maqueta de lo que fue el convento del que queda un arco y parte del pavimento. Y otra de la estación de autobuses, y otra de la plaza de abastos, y otra del otro gran convento derribado, el de Santo Domingo. No estaría de más la parroquia de San Ildefonso, e incluso las de casas como la de Amárica, bares vetustos y hasta esas viejas tiendas que a menudo recordamos. Ya puestos, si atendemos a ciertos cantos de sirena, hasta lo mismo había que ir preparando una de la estación del tren que, como somos tan modernos, acabaremos por derribar también para mayor gloria de dios sabe quien. Tener a la vista tanto despropósito lo mismo hacía a nuestros jerifaltes un poco más cabales y nos enseñaba a todos a defender lo nuestro mientras está de pie en vez de echarlo de menos cuando ya sólo es la imagen estampada en una foto.

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