La foto

Publicado en Diario de Noticias de Álava el miércoles 27 de febrero de 2019

La semana pasada renové el DNI. Como es preceptivo fui a por mi foto de carnet. Traté de peinarme y de arreglarme los pelos de la cara. Busqué el jersey y la camisa adecuada para enmarcar el cuello y, todo presto y dispuesto, me fui a un estudio de esos que te maquean la foto para corregir en lo posible el estropicio que te hacen luego en comisaría. Tiene su gracia. Antaño te rompían la cara así a mano limpia y ahora te la rompen digitalmente, que no es con los dedos, sino con el programa ese que estampa tu rostro en el documento. Así que, tras pasar por el photoshop, allá que me fui sin arrugas a lo de la cita previa con mis cuatro fotos de carnet y la grande de cartera, aunque en realidad sólo necesitaba una, pero bueno, eso es otro tema. Habrá quien diga que mira tú, que qué coqueto nos ha salido el chaval, pero es que si te paras a pensarlo, la cara esa con la que vas en el bolsillo es la misma con la que vas a rular diez años. Y es toda una década en la que, si sales “crucificao”, además del incordio de tener que buscar el dni cada vez que te lo piden, sufres en silencio la sonrisita de quien te ve al natural y al documental, ya sea el comisario jefe o el cajero del eroski. Mientras esperaba mi turno pensé en la cosa de los diez años, y no pude evitar darme cuenta de que, al ritmo que mi frente avanza en todos los frentes, y el cerquito de mi coronilla crece como las áreas deforestadas del amazonas, el dni este que estreno es, de los míos, el último con pelo. Es más, llegará el momento antes de que el plástico caduque, en el que tenga que oír aquello de, uy, pues no le reconocía así con pelo. Así que aunque barba lleve, dejaré aquí en El Pergamino la foto tan maja que me sacó José Ramón Gómez para DNA cuando presenté mi libro de poemas. Hay quien dice que no se me reconoce, pero… ¿Qué más dará si la foto es buena?