De puertas y luces

Publicado en Diario de Noticias de Álava el domingo 1 de julio de 2018

Marca la educación, aquella que trataba de establecer una serie de convenciones para hacer más amable y fluida la convivencia, que cuando somos varios los que salimos de un sitio, corresponde al último cerrar la puerta tras él. En este caso a la educación se le suma la lógica, porque si la cierra cada uno que sale se nos puede acabar haciendo un sin vivir de tanto abrir y cerrar la misma puerta.

Hablando de educación, cierres y puertas, me viene a la memoria la fórmula aquella tan elegante de echarnos de clase que tenían en nuestra época escolar algunos maestros: “Señor Vegas, haga el favor de cerrar la puerta de clase por fuera”. Y así se encontraba uno de pronto haciendo pasillo y expuesto a la mirada de vigilantes y chivatos varios. No es el caso.

En Uruguay allá por los setenta, se añadió de forma jocosa una misión previa al cierre de puertas para el último en abandonar la nave. Junto al aeropuerto una pintada recordaba: “el último que apague la luz”. Y es que de igual forma que según el génesis el mundo se inicio cuando dijo dios, sabe quien, hágase la luz, y la luz se hizo, os estoy viniendo a decir que con este pergamino de hoy, y en lo que a esta temporada de columnistas en este espacio se refiere, me ha tocado apagar la puerta y cerrar la luz.

Llega el verano, y aunque a priori pareciese que tenemos todos más tiempo y podríamos dedicarnos con mayor fruición al análisis, la lectura, y el solaz y cultivo de nuestras mentes, pues parece que el calor, la brisa y el sonido de las motos haciendo coro a las terrazas junto al mar nos mueven más al descanso y al retiro mental. Así que todos cambiamos nuestras programaciones y nos vamos a cargar pilas y a dejaros un par de meses en paz, que también vosotros os merecéis un descanso. Eso sí, la llave bajo el felpudo y una velita encendida en el recibidor, por lo que pueda pasar.

 

Leave a Comment

Límite de tiempo se agote. Por favor, recargar el CAPTCHA por favor.