Enmudecidos

Publicado en Diario de Noticias de Álava el domingo 25 de febrero

Estaba el otro día viendo cine mudo en la tele del Andén mientras pensaba que corren malos tiempos para la expresión, y ya para ejercerla en libertad ni te cuento. Y es que para empezar, la libertad de expresión no es una concesión ni un derecho, es un ejercicio que se modula y se adecua a las circunstancias, y de entender mal esto es de donde vienen los problemas. Adaptarse a las circunstancias del momento y del entorno no significó nunca antes que ahora renunciar a expresar, sino aprender a decir.

Esta semana se nos ha ido Forges, dibujante en un País en el que a diario bordeaba la línea editorial con la verdad, como aprendió de joven a hacerlo en La Codorniz, El Hermano Lobo, El Papus y tantas otras publicaciones que incluso con Franco de cuerpo viviente ejercitaban la libertad de expresión con arte, ironía y un objetivo fijo: expresar a su pesar, al del régimen.

Esta semana se nos han caído las fotos de una exposición por una llamada que alguien ha atendido y alguien se arriesga a ingresar en prisión por unos versos. Cada vez más se nos invita a pensar que no nos podemos expresar, sólo podemos pensar en silencio y en definitiva, de lo que se trata, es de que acabemos dejando de pensar. Censores oficiales y mojigatos con tribuna nos dicen lo que podemos decir o pensar y lo que no. Y nosotros callamos, enmudecemos y nos dejamos pisar, porque somos modernos y tenemos tuiter e instagram.

¡Qué lejos quedan aquellos dibujantes, periodistas, cantantes y personas como Forges, Gila y muchos más que decían lo que querían con gracia y estilo jugando al gato y al ratón con la censura dictatorial! Y volviendo a las películas antiguas que veo en el Andén, ¡qué lejos quedan aquellas cintas que hablaban sin complejos del mundo en que vivían sus artistas y los demás! Viéndolas tan sinceras y tan mudas, a uno le dan ganas de enmudecer.

Leave a Comment

Límite de tiempo se agote. Por favor, recargar el CAPTCHA por favor.