El misterio del gas

Publicado en Diario de Noticias de Álava el 24 de marzo de 2015

Como tengo más de vago que de atleta cuando salgo por ahí con mi bicicleta circulo a una velocidad tal que me da tiempo de sobra para disfrutar de la naturaleza lejana de los montes y padecer la suciedad oculta en los arcenes. Y es ahí donde empieza uno de los misterios que posiblemente nunca veremos resolver ni en este tercer milenio ni en el cuarto.

La cosa es que al distraer le vista en los ribazos, veía con frecuencia unos discos blancos. Pensé al principio que eran CDs. Y me dije: mira tú que manía de tirar los CDs rayados. Pero observé que no brillaban.

Pensé entonces que serían los discos del tacógrafo de los camiones. Y me imaginé al pirata del trasporte tirando discos comprometedores a diestro y siniestro. Pero eran tantos que me pareció descabellado.

Así que un día que vi uno a mano paré mi lento velocípedo y me agaché a cogerlo. ¡Oh sorpresa! No era un disco de tacos ni uno de canciones, no. ¡Era una etiqueta! Me hizo ilusión ver impreso y grande el año de mi nacimiento, pero no, no era un tarjetón de regalo, era una etiqueta de butano. Te avisa en cuatro idiomas de cosas como que pongas tiesa la bombona, revises la instalación, de que no pongas cosas que arden cerca de las llamas y por supuesto de que no duermas con la estufa de gas inflamada.

La etiqueta avisa de todo menos de lo que a la vista de su masiva presencia en los arcenes de nuestras carreteras es lo más urgente y perentorio: que la colocación incorrecta, o el diseño no adecuado, o a la ausencia de toldo del camión, o todo junto puede provocar que éste vaya sembrando los arcenes de etiquetas de bombonas que llegarán a su destino sin nada que avisar.

El misterio está resuelto, pero el arcén seguirá sucio porque los agentes van tan rápidos en sus motos y en sus coches que no tienen tiempo de pararse a recogerlas y llamar al teléfono que llevan impreso.

 

Leave a Comment

Límite de tiempo se agote. Por favor, recargar el CAPTCHA por favor.