Diario de un incauto subido en un bici, no siempre

He aprovechado estos días para hacer un viaje de esos en solitario. Mi bici y yo. Quería haberme ido a Santiago. Iré. De momento me han hecho cambiar de objetivo tanto los consejos médicos, como los mensajes que me enviaba mi cuerpo, como los ecos que me llegaban por los medios de la salvaje masificación del camino en estas fechas, especialmente de León en adelante. Así que como tenía los días, el presupuesto, y casi dos mil km de entrenamiento, pues opté por comenzar el camino desde el principio, menos días, más cerca de casa, menos kilómetros y en cierto modo un paso más en el objetivo final de hacer el camino completo.

Ha sido en conjunto una experiencia muy positiva que quiero compartir para animar o desanimar a gente, según se vea o se lea. Han sido unos días con sus malos momentos, por supuesto, pero también con los buenos. Y quiero también compartirlo por un par de razones más. La primera, que el anotarlo me servirá a mi mismo para recordarlo. Estos viajes de itinerario tienen el inconveniente de amontonar sensaciones que si no anotas el tiempo acaba confundiendo en tu memoria. La segunda que puede que a alguien le sirvan para planificar su propias excursiones.

Soy un ciclista atípico, poco competitivo pero muy paciente y soy más viajero con ideas peregrinas que peregrino con espíritu de tal, sea en el viejo o en el nuevo sentido, sea por la fe, por la competición o incluso por el romeriaje. En estas guías que voy a ir compartiendo con vosotros encontrarán buenas pistas los ciclistas sin prisa, los que no tienen problema en dejarse adelantar por las mariposas y los jubiletas. Los que paran a la sombra cuando se cansan, los que hacen kilómetros a golpe de horas de paseo y, lo que es más importante, los que andan a una velocidad que les permite sonreir, saludar y disfrutar de las vistas. Para ellos aquí voy a ir dejando mi ruta. Un bonita ruta que te pasea practicamente por todo euskalherria con varias trampas, sobre todo una, pero en conjunto interesante.

En resumen han sido seis días de agosto de 2014:

  • Sábado 23. Vitoria – Gasteiz (525 m.) / Zalduondo (612 m.) / San Adrian (1135 m.) / Zegama (304 m.) / Beasain (160 m.). 64,89 km
  • Domingo 24. Beasain (160 m.) / Tolosa (78 m.) / Andoain (47 m.) / Hernani (32 m.) / Hondarribia (35 m.). 69,05 km
  • Lunes 25. Hondarribia (35 m.) / Axarrattipi (74 m.) / Askain (20 m.) / Senpere (20 m.) / Ezpeleta (97 m.) / Bidarray (80 m.) / Donibane Garazi (162 m.). 77,53 km
  • Martes 26. Donibane Garazi (162 m.) / Arnegi (247 m.) / Valdarlos (357 m.) / Ibañeta (1060 m.) / Orreaga (963 m.) / Burguete (870 m.) /  Mes kiriz (908 m.) / Erro (662 m.) / Alto Erro (778 m.) / Zubiri (527 m.) 55,39 km
  • Miércoles 27. Zubiri (527 m.) / Pamplona (456 m.) / Cizur Meyor (451 m.) / Puerto Perdón (675 m.) / Puente La Reina (356 m.) / Alto Malleru (466 m.) / Iribar (374 m.) / Lorca (473 m.) / Lizarra (425 m.)  77,76 km
  • Jueves 28. Lizarra (425 m.) / Acedo (520 m.) / Antoñana (586 m.) / Sto Toribio (687 m.) / Puerto U. Jauregi (831 m.) / tunel Minoria (724 m.) / Vitoria – Gasteiz (525 m.) 77,38 km.

En total han sido casi 31 horas moviendo la bicicleta a lo largo de 422 km y una modesta media, trampas incluidas, de 13,6 km/h. Puertos y trampas varias que os iré contando en cada etapa, junto con toda la diversidad del paisaje de nuestra tierra. Una excursión curiosa, con carretera circulada, carretera solitaria, pista, camino cabras y un poquito de todo. Vamos a ello.

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