Toros, melones y conciertos

Segunda de abono. Chano Dominguez y Niño Josele. Darcy James Argue’s secret society

En la tertulia previa al concierto, en Onda Cero Vitoria, cometaba que los conciertos son como los melones o como los toros de lidia, que no sbes lo que tiene dentro hasta que no los abres. No es cuestión de que las apariencias engañen, es cuestión de que simplemente no sirven.

Ayer era un día curioso porque, a priori, lo único que tenían en común las dos propuestas que se anunciaban era una cierta noción de riesgo. Empezemos por la primera.

Empezó la noche con el niño Josele tocando en solitario una colombiana compuesta por Chano. Todo un principio declarativo más que  una declaración de principios. A partir de ahí fueron alternando los temas en un concierto que si puede resumirse en una palabra es intimista. Sin estridencias, sobrio, no carente de emotividad, pero austero a la vez que sutil. Más que una propuesta flamenca evocaba a veces sones de copla y música popular latina, mediterranea. Alguna bulería hubo, pero sin que se fuee el asunto de las manos. Incluso el bis, inevitablemente dedicado a Paco, fue también bastante sobrio. Impresionante ver en las pantallas gigantes las manos del Niño Josele tocando la guitarra. Anotaba yo en mi hojita “¡que dificil es tocar la guitarra cuando se ve tan de cerca!”

Concluyó la parte primera y empezó la segunda. Otra apuesta complicada de defender, pero valiente y de mucha calidad.

Lo que vimos ayer de la mano de Darcy James y su banda, su gran banda fue todo un seminario de lo que es componer, arreglar e interpretar. De que el trabajo del director no es bailar con las manos, sino concebir una sifnonía y arreglar los tiempos, los momentos y la presencia o ausencia en cada momento de los integratnes de la banda. Todos muy jóvenes y todos blancos, por cierto, menos uno de los trompetas que, por cierto, se marcó un bonito solo en las momentos iniciales del concierto.

Uno de los primeros temas, una fanfarrie con evocaciones centro europeas fue para mi gusto de lo mejor de la noche. Luego, y tras una larga explicación cuyo contenuido hubiese agradecido conocer la mayoría del auditorio, Darcy atacó una larga composición en la que las escenas se iban sucediendo sin descanso ni interrupción como si de un comic se tratase. Yo eché de menos como en el power point, un contador de escenas que me ayudase a saber si ibamos por la mitad o llegábamos al final.

A veces se hacía duro seguir esta composición un tanto hermética, pero a la vez un prodigio de arreglos, algunos de ellos ciertamente originales y arriesgados, pero bueno, fue curioso ver este género de composiciones que hacía tiempo que no teníamos ocasion de ver.

En terminos generales decir que bajó la presencia de público. Ya veremos como sigue el festival, pero bueno, en una edición como esta en la que la taquilla ha mandado tanto a la hora de programar es una lástima y un motivo de reflexión. El apoyo audiovisual es impresionante por la calidd de su imagen, pero una vez más vuelvo a reclamar dos cosas. La primera, un servicio de traducción simultánea mediante subtitulado en la pantalla, así como información sobre el orden de canciones, etc, y la segunda, un realizador que se entere de algo, ayer en la segunda parte tardó casi todo el solo en darse cuenta de que el ruido venia del piano de boca, por poner un ejemplo.

Hoy nos toca una noche de cantantes. Esperemos que todo vaya bien y que mañana hablemos de música. De la que hoy nos van a regalar Noa y Miguel Poveda. Haber hoy que toca, si rolex o melones, ayer tocaron rolex.

 

 

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