Volare volare

Se decía aquello de que cuando el diablo no sabe que hacer con el rabo mata moscas. En versión columnista o bloguero podría el dicho aplicarse a que cuando el escritor no sabe que hacer con el diccionario ata cabos. En esas estaba yo, cuando, al hilo de Foronda, y de como se queda sin vuelos porque vuela la compañía que vino del cielo, cuando se me ha ocurrido acudir al inefable diccionario de la RAE y ver que cuenta del verbo volar.

Para empezar resulta que viene del verbo latino “volare”, cosa que invita a cantar aquello de volare volare, así que ya tenemos banda sonora.

Para seguir tenemos que entre el amplio repertorio de acepciones que tiene el verbo, las hay que ofrecen interesantes perspectivas para analizar lo de Foronda.

1.intr. Ir o moverse por el aire, sosteniéndose con las alas.

2. intr. Elevarse en el aire y moverse de un punto a otro en un aparato de aviación.

3. intr. Dicho de una cosa: Elevarse en el aire y moverse algún tiempo por él. U. t. c. prnl.

4. intr. Caminar o ir con gran prisa y aceleración.

5. intr. Dicho de una persona o de una cosa: Desaparecer rápida e inesperadamente.

6. intr. Sobresalir fuera del paramento de un edificio.

7. intr. Dicho de una cosa arrojada con violencia: Ir por el aire.

8. intr. Hacer las cosas con gran prontitud y ligereza.

9. intr. Dicho de una especie: Extenderse o propagarse con celeridad entre muchos.

10. intr. Dicho del tiempo: Pasar muy deprisa.

11. intr. Nic.engañar (? dar a la mentira apariencia de verdad).

12. intr. Perú. Estar bajo los efectos de una droga alucinógena.

13. tr. Hacer saltar con violencia o elevar en el aire algo, especialmente por medio de una sustancia explosiva.

14. tr. Irritar, enfadar, picar a alguien. Aquella pregunta me voló.

15. tr. Cineg. Hacer que el ave se levante y vuele para tirar sobre ella. El perro voló la perdiz.

16. tr. Cineg. Soltar el halcón para que persiga al ave de presa.

17. tr. Impr. Levantar una letra o signo de modo que resulte volado.

18. tr. Méx.robar (? tomar para sí lo ajeno).

Las 3 primeras tratándose de un aeropuerto parecen sencillas de aplicar, pero la realidad demuestra que no tanto. Posiblemente porque en su concepción y gestión se ha tomado como máxima la 4, de forma que la compañías que operan por aquí aplican la 5. La 6 se la podemos aplicar a la elegante y reconocible torre, y la 7 al uso que los errores acumulados tienen a la hora de tirárselos unos a otros. La 8 podría parecer similar a la 4, pero es todo lo contrario. De hecho en la gestión de Foronda es una acepción que no figura en el catálogo. Así pues aplicaremos la 9 para expresar como va creciendo la sensación de que esto o no tiene arreglo o no es fácil que lo veamos. El tiempo de las soluciones se nos pasa como bien señala la 10, y como si estuviésemos en la mismísima Nicaragua se acumulan las acepciones 11 hasta tal punto que uno acaba pensando que está en la 12. Vamos que se siente uno tentado de aplicar la 13, de tan 14 que se siente uno. Dan ganas de dejar de marear la perdiz y aplicar la 15, para acto seguido practicar la 16 y proclamar a los cuatro vientos con la técnica de la 17 que esto de Foronda es un 18.

 

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