Eventos que se lleva el viento

Muchos eventos deberían llamarse más bien “evientos”. Llegan, deslumbran, enloquecen y se van como vinieron empujados por el viento que los trajo. Allí por donde pasaron quedan si acaso unas hojas volanderas que descienden lentamente hasta volver al suelo y el polvo que trajeron que cubre los huecos del que se llevaron. Eso que ocurre con los eventos que tienen algo de físico, algo de realidad, aunque sea ilusoria, ocurre igual, si no más, con los eventos virtuales.

Vitoria – Gasteiz es muy dada a los eventos que más que eventos son agasajos. El buen recibir que tenemos los gasteiztarras lo confunden algunos con el halago y hasta la genuflexión servil ante quien se aparece como el embajador necesario y hasta el gurú planetario. Corren entonces los anfitriones y nos hacen levantarnos de las mesas que ocupábamos y salir de las estancias donde habitábamos para mejor agasajo y mayor pompa y boato hacia el extraño a quien se quiere impresionar. Nuestra hostelería se nutre en estos casos de visitantes ilustres que a cambio de una suite, una línea de agradecimiento al final de una novela, o veinte tuits bien enlazados son cebados y paseados más que entre nosotros por encima de nosotros. Y si una comida no basta pues si París bien vale una misa nuestra gloria planetaria bien vale una estatua.

Este fin de semana nos ha tocado ver a la comitiva de influyentes blogueros mundialmente reconocidos y localmente reconocibles por ir en grupo y bien acompañados recorriendo los más “entrañables” rincones vitorianos, de los gasteiztarras parece que se han olvidado, con el loable objetivo de hacer que VitoriaGreenCapital, así todo seguido, se convierta ni más ni menos que en TT. ¿Lo queeeé? se preguntará más de uno. Pues mire usté, eso es un “hashtag”, que así se llama a eso que se escribe todo junto y que sirve para agrupar lo que se escribe sobre un tema en twitter, una de esas cosas que se conocen como redes sociales. El twitter este lleva un control de las veces que se repite un “hashtag” y en base a ello muestra a todos los usuarios cuales son los temas más comentados del momento. Por poner un ejemplo, ¿que Cristiano Ronaldo dice que está triste? Pues enseguida en la lista de TTs aparece uno que dice por ejemplo: CristianoEstaTriste. Si quieres decir algo al respecto o leer lo que otros han dicho, lo sigues y  ya está.

Lo que nuestros “responsables” municipales querían era que VitoriaGreenCapital llegase a serlo al menos por un día, y para ello se trajeron de excursión a un grupo de “influyentes” gurús de las redes que tienen muchos seguidores y un gran predicamento. No me pregunte nadie quienes son porque como soy un poco ermitaño me temo que no figuro en la lista de predicados, y aunque un poco predicador si que soy tampoco estoy entre los influyentes.

¿Y todo eso es bueno, malo o regular? Pues mire usté. Yo siempre he defendido que por mucho que se diga lo contrario, en lo básico y fundamental, las redes y otras tecnologías son como la vida. Dicho así…  ¿qué es lo que realmente merece la pena? ¿buscar un premio y cambiar para ello tu forma de ser, actuar y parecer o ganar un premio por tu forma de ser y  actuar sin limitarte a parecer? Dicho de otra forma… ¿realmente lo importante es que hablen de uno aunque sea bien? Dicho de una tercera, ¿decir muchas veces una palabra, contando con que las veces que se dice que hay que decir la palabra cuentan como si dijesen algo sobre lo que la palabra dice, y llegar así a ser la palabra más dicha, aunque sea solo un instante, dice algo además de decir las muchas veces que no se ha dicho nada?

A mi me parece un ejercicio de narcisismo, 2.0 pero narcismo a fin de cuentas, más bien vacío, más bien fatuo. Un vacío que deja de lado muchas otras cosas, empezando por Gasteiz, cooficial nombre de Vitoria, siguiendo por nuestros propios esfuerzos y notables esforzados en la red, y terminando por asociar Vitoria a un único color, dicho en inglés eso sí, cuando Vitoria es mucho más que eso. Es incluso por aquello por lo que se nos visita. Yo lo siento, pero veo mucho más turista en el adoquinado casco viejo que en el verde Olarizu.

A mi este tipo de “evientos” me recuerdan el lema que siempre se debería tener presente al organizar este tipo de festejos… “que lo de paso deje poso”

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