Título: Por qué me comí a mi padre
Autor: Lewis, Roy
Origen: U.K. 1963
Edición: Contraseña. Zaragoza 2012
ISBN: 978-84-939308-5-1
Adquisición: Comprado en Elkar el día del libro de 2012
Terminado de leer el 31 de mayo de 2012
Mi referencia : 00098-A
Comentario: Evidentemente, en un caso como este, el título es lo que cuenta. Por eso me acerqué a él. Bueno vale, hice algo de trampas y me leí un poco la cubierta para confirmar que podía encontrarme ante una buena lectura. Por si acaso tomé la precaución de, aprovechando que es el día del libro, dejarselo a mi padre para que fuera él quien lo leyera primero.
Mi padré que no es muy aficionado a la narrativa, pero algo más que aficionado a la arqueología y la prehistoria lo leyó sorprendentemente rápido, y cuando por fin cayó en mis manos di cuenta de él con rapidez y lo acabé con satisfacción.
Al leer la contra me di cuenta de que el autor era británico, y de que su perfil era académico. Eso me avisba de la posibilidad de un fino humor y una cierta capacidad para abordar de forma entretenida una construcción curiosa, y vive dios que lo es.
Partiendo de la primera licencia, que no es otra que poner en labios de homínidos un lenguaje y unas relaciones familiares propias más de nuestros años que de los suyos, cualquier “exceso” es posible, y además de posible congruente y hasta creible.
Así vamos conociendo las dinámicas de comportamiento de un reducido grupo humano a través del cual asisitimos a los grandes descubrimientos originarios de la humanidad, el fuego, el arte, la tecnología, el amor, y hasta cosas tan humanas como la gastronomía o la mezquindad. A su manera, cada uno de los miembros del grupo es un embrión de un arquetipo, y reducidos a su soledad como prototipos quedan evidenciadas sus características más singulares, tanto sean sublimes como mezquinas.
Un mundo en construcción se dibuja ante nuestros ojos y nos deja ver la forma en la que nacen las relaciones personales y sociales, incluso las relaciones entre grupos que luego serían naciones aparecen dibujadas en el campo de juego que va desde la solidadridad y el universalismo al egoismo y la tentación de la dominación.
Todo ello, como decía, de forma muy amena sin caer en lo vulgar.
En definitiva, si alguien quiere saber or qué me comí a mi padre, y de paso aprender algo más y tener elementos para reflexionar sobre si mismo y sobre su especie que busque este libro. A buen seguro no se sentirá defraudado.
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