Análisis económico creativo

Vista la sagacidad de los profesinales no veo y opor qué no podemos los aficionados decir nuestras propias chorradas. Lo mismo hasta son más lucidas, pero posiblemente sean más creativas. Así­ pues analicemos la actual situación económica, su origen, sus claves y sus perspectivas desde un punto de vista creativo e intuititvo.

Debo, eso si, reconocer la parte de autorí­a que le corresponde a Frederic Beigbeder, en cuyo delirante capí­tulo dedicado a su estancia en Miami de la no menos delirante 13,99 me he inspirado. Vamos a ello.

Se mire como se mire cada dí­a tengo más claro qeu, por encima de presuntas crisis y aumentos del paro y problemas de confianza, de lo que se trata, básicamente es de destruir el euro y ahí­ no cuentan ni griegos, ni italinanos, ni españoles, ni belgas, ni franceses, ni alemanes. Dan lo mismo gobiernos de izquierdas o de derechas. El objetivo es, repito, cargarse el euro.

¿Por qué interesa tanto? Esa es la parte que me pilla más a desmano dada mi incompetencia en la ciencia económica. Pero como aquí­ estamos para intuir, intuyamos. El euro ha puesto en peligro la capacidad de especular de forma simple en base a una única moneda de referencia mundial: el dolar. Los mercados son muy listos pero muy vagos. Dos gallos monetarios en el corral son un exceso, y más aún si uno de ellos se pone gallito.

Eso sí­, de paso que desguazamos el euro nos forramos. No es cuestión de creeer o no creer en Sarkozy, Merkel o Rajoy. Es cuestión de comprar al mayor interés posible y punto. Ayer los pobres alemanes se quedaron con su sólida deuda sin vender, y claro, es que entre comprar por debajo del dos o por encima del 6 la cosa no tiene color. Lo mismo le pasó al gobierno español cuando intentó vender su negocio más rentable… la loterí­a. Tuvo que desisitir porque le vinieron a decir que a ese precio (al que vale) no iban a comprar. Lo que ello buscan no es un beneficio estable y responsable, sino un elotazo a corto caiga quien caiga. Forzar para comprar barato y maniobrar para vender caro, y los pobres que se queden con los beneficios de explotación, que ellos a lo que van es a los réditos de la operación.

¿A quién interesa tanto? Pues en el fondo es posible que si lo miramos detenidamente, incluso a una parte de nosotros mismos. Beigdeber, hace ya años, cuando escribió su 13,99 echaba la culpa a los fondos de inversiones que generan beneficios para que los jubilados yankies vivan como reyes en Miami. Yo seré más amplio, y efectivamente diré que los ejecutores son los que gestionan esos fondos de inversiones, pero los respnosables son todos los que invierten y buscan el mayor rédito posible sn hacer demasiadas preguntas, o sea muchos, puede que hasta uno mismo.

Los gestores de los fondos no entienden de banderass, ni nacionales ni ideológicas, y no son capaces de discernir que sus clinetes son también personas. Como buenos profesionales reclutan a los mejores profesionales y se dividen las tareas. Los unos miran números; los otros establecen estrategias en base a esos números para que el resultado sea más generoso; otros más se dedican a poner en práctica los objetioso fijados usando sus conocimeintos e influencias en los cí­rculos económicos y financieros (llamémosles Agencia de calificación) y todos juntos se cargan a quien se ponga por delante, aunque sea su propio cliente, al que tal como acabamos de explicar ninguno conoce entero y todos sólo en parte. Velan con celo por una parte de sus intereses, los que esperan obtener de su fondo de inversión y se olvidan del resto.

¿Y que podemos hacer frente a ello? Lo primero establecer el diagnóstico correcto… esto es… establecer claramente cual es el enemigo a batir y que armas utiliza. Tal como hemos dicho el enemigo son los fondos de inversión y quienes lo gestionan y las armas de que se sirven son el propio sistema fianciero mundial.

Establecido esto podemos dejar en paz a los funcionarios, a los jubilados con pensiones que no dan para inversiones, a la educación , a la salud y si se me apura hasta a los militares. Podemos dejar en el cajón recelos étnicos y mirarnos como socios en la batalla con independencia de que seamos griegos, italianos, alemanes, franceses, españoles o incluso vascos.

Una vez todos juntos y en unión, empezamo a aplicar medidas creativas, unas veces por lo novedoso y otra por lo simple. Cogemos y nacionalizamos la banca. Mira, eso no se le habí­a ocurrido a nadie eh? Mandamos a los militares, que habí­amos quedado que se les podí­a dejar en paz y no conquistamos, pero establecemos un bloqueo 2.0 (o sea que no sale ni entra un bit por aire tierra mar satélite o lo que sea) de los paraisos fiscales. En casos como Suiza habrí­a que controlar también la entrada y salida de maletines. O aplicar medidas más ingeniosas que alguno ya ha comentado, del tipo de cambiar de billetes cada seis meses o un año, y el que no los pueda cambiar que los pierda. Establecemos un sistema fiscal mesudrado pero cumplible y cumplido.

Claro que la banca y el sistema se revolverá y lo mismo ni se deja privatizar. Pues da lo mismo. Sacamos la tela de los bancos y montamos bancos públicos y solidarios y compramos la deuda pública y así­ nos finaciiamos nosotros y no dejamos que se sigan financiando los mercados. Como ellos controlan la moneda si no tenemos dinero pagamos con deuda pública, y la convertimos en papel moneda y creamos de facto  un sistema finaciero paralelo basado en nuestras auténticas necesidades, no en las  de los mercados.

Si nada de esto funciona nos vamos a Miami y hacemos como Octave y sus colegas, eliminamos a los jubilades que viven de los fondos de inversión y les dejamos sin recursos ni mercado.

En fin, que estas lí­neas las pongo en la categorí­a de polí­tica económica, pero también en la de ocurrencias varias.

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