Elementos para un debate local

Está Vitoria enfrascada con un debate que toma como propio cuando en realidad debiera asumir un concepto más amplio de lo local. Me refiero al debate sobre el transporte público, y más concretamente sobre la red de estaciones que, presuntamente, sustituirán a las actuales en el plazo de unos años. No es el objeto de estas lí­neas plantear una solución, sino simplemente aportar elementos que a menudo pasan desapercibidos del debate. Y hacerlo además de forma desordenada, a modo de apunte de ideas, braimstorming, diagnóstico caótico o lista de agravios, lo que se prefiera.

Lo primero que llama la atención es la distancia que media entre muchos aspectos del debate y muchos aspectos reales, funcionales incluso dirí­a yo que son los que posiblemente merezcan más debate. Puede que ea porque en este, como en muchos otros temas, los que debaten no son a menudo usuarios, y los usuarios, en este como en muchos otros temas son más sufridores que agentes.

Lo segundo es como se pasa sin frontera alguna de la filosofí­a al detalle sin considerar cuando este paso es practicable y menos aún cuando sus consecuencias son compatibles. El resultado final hace que el cúmulo de detalles o visiones segmentarias hacen que el debate se distraiga de la definición de los objetivos principales.

Vayamos ahora a cuestiones concretas:

  • En quién pensamos cuando hablamos de transportes y estaciones? En los que pasan de largo  en todo caso se bajan de un trasporte y se montan en otro. En los que vienen de lejos un dí­a o dos y luego se van para no volver nunca o al cabo de mucho tiempo. En los que vienen de más o menos lejos con frecuencia. En los que vienen y van a diario.
  • Por qué hay un debate abierto sobre la compatibilidad o no de las cercaní­as y los largos recorridos a alta velocidad en el ferrocarril y nadie lo plantea en el autobús?
  • Por qué nos preocupa tanto una intermodalidad fí­sica que tuvimos con el vasco navarro conectando autobuses y Renfe y que dejamos escapara sin hacer nada por ella? (trenes y autobuses interurbanos se ignoran mutuamente, el tranví­a ignora a los dos y los autobuses urbanos al tren)
  • Por qué hablamos una y otra vez de trasladar viajeros de lo privado a lo público y resulta que la gente que tiene necesidaes de movilidad más evidentes (los no residentes en la capital) nunca forman parte del debate?
  • Por qué subvencionamos trasportes públicos cuya calidad de servicio y otras circustancias no controlamos?  (las quejas entre los usuarios de las lí­neas interurbanas son frecuentes, sus últimas subidas son sustanciosas, la indefinción del servico también, y hasta la excasa  o nula cobertura de fines de semana , y salvo alguna insinuación del señor Rueda, nadie habla de cercaní­as ni de urbanos)
  • Por qué los trasportes públicos no suelen adapatar sus horarios a las necesidades de sus usuarios en función de calendarios escolares, laborales, o de ocio?
  • Por qué cada cual gestiona su red de trasporte en lugar de intentar dar soluciones globales y más eficientes? (transporte escolar, sanitario, laboral, recreativo, etc.)

Como decí­a antes, no tengo respuestas para muchas de las preguntas que hago. Pero si que podrí­a incluso plantear alguna sugerencia.

  • Ls nuevas estaciones deben compaginar de forma adecuada el servicio al viajero ocasional de largo recorrido con la atención al viajero habitual de corto recorrido. Este último se compone básicamente de estudiantes, trabajadores, y viajeros con motivos sanitarios (consultas, etc.), comerciales, o administrativos.
  • Para esta gente, a su escala de minutos, como para los de largo recorrido a escala de horas, el tiempo del viaje real es el que media desde su casa hasta su destino final, sea este un hotel o un comercio, una oficina, un hospital, casa o trabajo. Visto así­ no es lo mismo poner la estación en un sitio u otro, y mucho menos dejar de valorar la rapidez con la que el recién llegado puede incorporarse a una red de trasporte urbano rápida y eficiente.
  • Poner la estación de autobuses en la ubicación que se propone no es en sí­ un desatino. Eso sí­, de hacerlo, y dada su cercaní­a al tranví­a como medio de enlace con el resto de la ciudad, habrí­a que ir pensando en que este debiera llevar a los viajeros estudiantes hasta las universidades. O eso o adecuar el servicio de Tuvisa con el mismo efecto. Txagorritxu, otro de los centros de interés queda cerca, más que ahora, y el mismo tranví­a al que aludimos enlazarí­a facilemente con la próxima estación de tren. Con la actual es algo que habria que solucionar, igualmente, a través del tranví­a que, para ir a la universidad tampoco podrí­a andar tan lejos.
  • La conexión entre red de autobuses y largo recorrido ferroviario no es tan frecuente como para condicionar una operación en la que posiblmente deba primarse más los flujos de viajeros diarios desde su punto de llegada a sus puntos de destino.
  • LA red de bidegorris, y hasta los puntos de alquiler o custodia de bicis deberí­an sumarse a este diseño, ofreciendo una alternativa individualizada a los viajeros diarios.
  • El conocimiento de los horarios de salidas y llegadas de las opciones extraurbanas permiten plantear soluciones especí­ficas… por ejemplo, si sabemos que un tren llega a las 9:00 y no hay otro hasta las 10:00 es mejor tener dos autobuses llenos a las 9:00 que uno abarrotado a las 9 y otro medio lleno a las 9:30
  • El trasporte público en fines de semana debe ser estudiado. Es una buena solución a los problemas de conducción nocturna, y aportarí­a mucha tranquilidad y mejores condicioens de vida a familias y residentes fuera del municipio, pero es además aumentar las posibilidades diurnas de acceso a los servios de ocio cultural y social que la capital centraliza.
  • Aparcamientos disuasorios en puntos de cabecera del territorio harí­an potenciar ese modo mixto de movilidad, en vehí­culo propio hasta un punto de “reunión” y en transporte público hasta el núcleo urbano.

Posiblemente haya muchas más cosas que plantear, pero con estas ya me van parciendo bastantes. Eso sí­, y or terminar con una pincelado de humor… hablando de estaciones, nos empeñamos en ignorar a un colectivo que, todos los que las usamos, sabemos que forma inevitablemente parte de la decoración… los de las personas que viven en ellas, y no me refiero en los aprtamentos sino en sus bancos. Ellos también debieran de poder dar su opinión sobre el tio de mobiliario, servicios de aseo, temperatura, etc. etc.

4 comentarios

  • PlazaBizia dice:

    En el fondo estamos de acuerdo, lo que me da pena que por la idas y venidas de los desmanes polí­ticos terminemos conformándonos con el “ni tan mal”…

  • javier vegas dice:

    Como bien decí­a en estas lí­neas tengo más preguntas que respuestas, y en muchos casos me dejo llevar por intuiciones que tienen que ver con mi proia experiencia como usuario. Por es planteo puntos de vista más que soluciones. Si que mantengo mi oinión, y me da la impresión de que en eso coincidimos de que es necesario estudiar la cuestión más seriamente. Aumentar perspectivas, vecinos cercanos, sistema general de tráfico, sistema de movilidad a escalas local, territorial e interterritorial. Por los datos que yo recojo de mis “compañeros de viaje” a muchos de los de “los pueblos” las ubicaciones actualesl no nos parecen ni tan mal, pero como digo es tan sólo una intuición sin rigor cientí­fico.

  • PlazaBizia dice:

    Sin duda que hay que analizar el uso en profundidad, lo comentado no son más que una pequeña muestra de lo que nosotros hemos recogido como muy generalizado…

  • PlazaBizia dice:

    Por matizar quisiera aportar la impresión recogida de los usuarios consultados por la Plataforma Plaza Bizia, a través de la recogida de firmas que viene realizando.
    Los estudiantes que mencionas, lo que les sirve es tener tren y autobús en el mismo edificio porque cuando acaban su clase y quieren volver a sus casas quieren optar a ambos sistemas, cogiendo el que mejor se les adapte a un horario no premeditado. Esto solo se logra teniendo los horarios de ambos sistemas disponibles en el mismo sitio. Si llegan a la estación a una hora indeterminada si han perdido un transporte quieren optar al otro para marcharse lo antes posible y para ello solo es funcional si están fí­sicamente en el mismo sitio.
    Por otro lado la gente de los alrededores cuando exista el tren de alta velocidad quiere que el autobús que les trae a Vitoria ( ej. desde Salvatierra) le deje donde cojera el tren porque no quiere traer su vehí­culo y dejarlo en un aparcamiento con el consiguiente gasto extra.
    Por supuesto que que el transporte público municipal debe estar adecuado a dar servicio a las estaciones, pero las lí­neas son adaptables pero la ubicación de una estación es un legado inamovible.

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