La ilustrEción vitoriana

A veces tengo la impresión de que cuando hacemos bromas con la descripción de Vitoria – Gasteiz como ciudad de curas y militares olvidamos algo importante. No me refiero a que por ende era ciudad de chachas y monjas también, aunque lo mismo era pertinente por aquello de visibilizar a todos los humanos que a tal condición unen o han unido la de nacer o vivir en Vitoria. Me refiero a los ilustres e ilustras, que también las ha habido, y las sigue habiendo. A ese grupo de privilegiados que bien por apellido, bien por caer bien a los del apellido han venido copando históricamente la nómina de cargos, honores, ilustrazgos y homenajes, tal como atestigua el callejero y las nóminas de honores, predilecciones, espacios culturales, escolares o deportivos de nuestra ciudad.

Es lo que podemos llamar, pateando el diccionario pero apelando al sentido, la ilustrEcción vitoriana. La que justifica en parte esa aversión que sienten algunos a lo que implica y significa el término VTV.

Todo esto me ha vuelto a la mente tras tener noticia de la propuesta del grupo municipal del PNV para nombrar a Jose Angel Cuerda, ilustre vitoriano con larga trayaectoria de servicio a a la ciudad desde las más variadas tribunas, casi siempre vinculadas al Municipio, y con los más variados soportes, desde tercios familiares hasta partidos “nacionales” pasando incluso por partidos abertzales y estando siempre, eso sí­, avalado por su independencia y su personalidad. En lo bueno y en lo malo, como los viejos matrimonios.

El ilustre vitoriano es un ser etéreo cuyos errores se obvian al tiempo que se ensalzan sus virtudes. Generan un consenso tal que el disenso es no ya una crí­tica, sino una traición en toda regla a lo más prí­stino y notable de la propia esencia vitoriana, de forma que cualquier objección adquiere el rango de incorrección polí­tica vtvitorianamente hablando. Es por tanto intocable. Es además omnisciente, pues generalmente todo lo sabe o sabe de todo, lo que hace que sirva siempre lo mismo para un roto que para un descosido. Es ubí­cuo, pues puede estar en varios sitios, posiciones o consejos a la vez. Es eterno e imperecedero, dado que mientras vive estará presente en foros vivos, y tras su muerte, que acostumbra a ser tardí­a por aquello de las veces que se le dedica la vieja fórmula de dios guarde a usted muchos años, pasa a ocupar el olimpo nominal a que antes nos referí­amos. Y es además inmutable. Siempre es el mismo, o sea él, y la percepción de su cambio se anula en el auditorio, que lo percibe siempre como el que es, no como el que fue cambiando y mutando, que es cosa de mortales.

Puede que tenga más atributos que refuercen su divinidad, pero no tengo toda la mañana para ello. Bueno. Si acaso hay una cualidad más… y es su caracter olí­mpico. Esto no significa que sea deportista, sino que por gracia de cuna o de privilegio otorgado pertenece al olimpo de los anteriores ilustres o de sus herederos, que le acogen en su seno y señalan a los mortales la senda por la que ha de construirse su camino hacia el banquete de los dioses.

Pero volviendo a lo de Jose Angel, yo no acabo de entenderlo. Cuando hablamos de reducción de cargos y de gastos, nos inventamos para un evento anual un consejo nuevo. Ya tenemos a la reina (a Sofí­a no a Rafael, que seguramente lo harí­a mejor) presidiendo uno para el mismo asunto, y tenemos además, todos los que tenemos en los ya existentes recovecos muncipales. Hay concejales, comisiones, asesores, técnicos y hasta el CEA. Hay consejo social (que por cierto ya presidió Cuerda y acabó frustrado en su papel de asesor no ejecutivo), hay consejos sectoriales, como el de participación, el de medioambiente, etc. Hay multitud de cosas que invitan a pensar que todo esto no tiene mucha utilidad salvo la de quedar todos bien y tener entretenido a un ilustre que por otra parte en cuanto le dejas suelto suele ser molesto. Eso y un poquito de gratitud por los servicios prestados que también pueda haber.

Claro que yo no soy un ilustre. Me dedico a ilustrame para ver si llego al menos a ser un oscuro ilustrado. Seguro que alguien me lo explica mejor.

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