Llámales ladrones, no mercados

Esto de sestear con el canal 24 horas de TVE tiene su aquel. A mi me gusta más sestear con el tour, pero como estamos en abril ni tour ni na’. Así­ que me conformo con las noticias, lo que me provoca curiosos sueños, simpáticos despertares y , sobre todo una perisitenten sensación de Deja Vu. Las noticias que se repiten cada equis tiempo así­ lo consiguen.

En una de ellas, de las noticias, no de las siestas, dedicada a la situación griega, he oido dos veces al menos la expresión “a los mercados no les ha parecido suficiente”, y como ando atascado en el post con el resumen comentario de indignaos, pues me he indignado, y después de este post prometo abordarlo y sacarlo del atasco. Pero voy ahora al motivo de mi indignación.

Decir mercado para referirse a una cuadrilla de mafiosos, explotadores y sin vergí¼enzas especuladores financieros es ponerse de su parte.

No me hubiese indignado tanto si esto me hubiese ocurrido viendo una cadena privada, o puede que sí­. Me he indignado porque una vez más me encuentro ante una situación en la que las dos hipótesis posibles a priori que explican el hecho  me parecen igual de indignantes.

El hecho es que se utilice la palabra mercados para referirse a las mafias financieras que causaron la crisis en la que estamos y que lejos de pagarla la están cobrando, y la están cobrando a quienes menos culpa tenemos, y que mire usted por donde puestos a ser mercados somos tan mercados como ellos. Es más nosotros somos el mercado y ellos los mercaderes.

Precisión en el lenguaje por favor. Precisión la misma o similar que contagió a la prensa y medios de comuniciación y hasta a la clase polí­tica del reino de españa cuando se llegó al acuerdo de referirse  a ETA como banda terrorista. A partir de ese momento quien usase términos como organización armada, movimiento de liberación nacional, independentistas vascos u cosa similar podí­a lisa y llanamente ser tenido por cómplice, simpatizante o directamente colaborador. Escenarios similares tendrí­amos en las controversias lingí¼í­sticas sobre el término usado por cada uno para referirse a una misma entidad: España, nación española, estado español, reino de españa, paí­s, etc, o en las formas de referirse al territorio o la provincia, a la comunidd autónoma o el paí­s, Euskadi, Euzkadi o Euskal herria, etc. etc. por citar tan solo algunas de las más cercanas.

Pero aquí­ no hay polémica. Vienen los de la banda criminal especulativo financiera, nos inflan las burvujas, las explotan en nuestra cara, saquean nuestro sueldos y pensiones, pisotean nuestros derechos, nos imponen un estado de excepción en lo social, cubren sus pérdidas con nuestros impuestos, financian su especulaciones con nuestras subvenciones y todaví­a resulta que tenemos que llamarles mercados.

Pues a mi no me da la gana. Y a los que lo hacen, es decir a todos los medios, se lo indico por si no se habí­an dado cuenta y se lo recuerdo por si lo habí­an olvidado.

Como decí­a sólo me caben dos hipótesis para comprenderlo:

O no se han dado cuenta y aplican aquello de crear una palabra que la gente conoce y repetirla sin pensar demasiado en lo que implica y significa, cosa grave teniendo en cuenta la que nos está cayendo, y más aún considerando que los que escriben y leen las noticias son también, aunque sean periodistas, trabajadores y no siempre con ideales condiciones laborales.

O si se han dado cuenta y son de facto colaboradores necesarios de los integrantes de la banda criminal financiero especuladora a los que nos referimos, lo que vista su situación laboral, a la que nos referí­amos en el punto anterior, y los daños colaterales que como ciudadanos les alcanzan, les convertirí­a en algo peor que ignorantes o desadvertidos, les harí­a directamente estúpidos o gilipollas.

En cualquier caso, y especialmente en este, las palabras significan, y los medios deben escogerlas con sumo cuidado si, como en este caso además, el significado supone de facto una toma de partido ante una situación dada. Porque a veces la opinión es algo tan sencillo como la elección de un término. Y decir mercados tiene un significado claro y una intención evidente, sea consciente o no, y no es otra que desviar la atención y encubrir al que en esta situación es más que un simple espectador. Es un sujeto agente en el sentido puro de la palabra. El predicado paciente somos nosotros, y por desgracia, seguimos siendo predicados en pasiva.

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