De palos y zanahorias

Por cuestiones que no vienen al caso de un tiempo a esa parte he incrementado mi interés y presencia en esto que ha venido en ser y llamarse… redes sociales. No voy hoy a hablar de ellas, ni sobre ellas. Si las menciono es más que nada porque cierta no se si llamarle conversación en la que he participado me ha sugerido un interesante debate.

Usaré los motes, apodos o como quiera que los haya convenido en llamar la comunidad a expensas del demiurgo de turno (entiéndase turno por aquel al que le toca y no por el simpático jefe de tribu que forzaba traducciones tan graciosas en los pasajes que Virgilio le dedicaba en su Eneida). Los que no sepan de que va esto del twitter los pueden tomar por nombres figurados, que lo mismo da. Los que estén puestos pueden buscarlos, hay gente detrás, y no es mala gente. Lo cierto es que deshacerse de gente en las redes sociales es bastante menos traumático que hacerlo en la vida real, pero vamos a lo que vamos…

El caso es que @betibegira, un observatorio de cosas nimias o no tan nimias que ocurren en la ciudad de Vitoria apuntaba ciertos desperfectos sin arreglar del mobiliario urbano. En esto que va @maripuchi, y les dice así­ como que de vez en cuando no estarí­a mal meter el dedo en el ojo a los que rompen las cosas en vez de insistir en denunciar a los que no los arreglan. Entonces, bueno, o luego más tarde, @betibegira le ha contestado a @maripuchi que “la mejor respuesta contra el incivismo es el arreglo rápido de sus destrozos”. No me ha parecido afortunada la respuesta, y a @maripuchi tampoco, ya que no mucho más tarde contestaba diciendo que “contra el incivismo lo mejor es la educación y el ejemplo”. Entonces he terciado yo, y crí­ptico como acostumbro y más en 140 caracteres (el twitter es lo que tiene, que tienes que escribir tus cosas en 140 caracteres) he dicho aquello de “pero por mucho desperfecto que arregles si no arreglas el desarreglo seguirás arreglando desperfectos”. @betibegira ha reacionado y ha dicho que “por supuesto que hay que prevenir, pero también habrá que curar no?” y @maripuchi ha apuntado que “evidentemente, pero a lo mejor está bien tener una temporada las cosas estropeadas para que algunos las valoren”.

Eran ya casi las 3 de la tarde, las 15:00 horas que dirí­an algunos, y como decí­a @supervgas, o sea yo, hablando de desarreglos tení­a uno digestivo que arreglar, así­ que lo he dejado.

Mientras comí­a he pensado en el tema, y la verdad es que me hubiera gustado seguir el debate, porque estoy convencido de que daba de más. De hecho es un debate polí­ticamente estratégico y con multitud de variables y variantes.

Yo que vivo en el enclave de treviño he oido decir que lo que tení­an que hacer las administraciones vasca y alavesa era dejar de darnos facilidades a los residentes de derecho en el enclave, (de los de hecho muchos son de derecho fuera del enclave) para que al ver nuestra penosa situación nos pusiésemos en pie de guerra y forzásemos avances en la situación. Por decirlo todo, a los que se lo he oido estarí­an más bien cerca de @betibegira. Por decirlo todo aún más, y opinaba en ese caso lo contrario de lo que opinaba @supervgas hoy. ¿O no era tan distinto? Hasta el entorno violento que nos habita promulgó hace tiempo su conocida teorí­a de la socialización del dolor, del causado por ellos, claro, que una vez más viene a incidir en el mismo argumento. Caunto pero mejor.

Quiero con esto decir que tampoco voy a cerrar el debate, pero que el ratito en la red social, me ha llevado a varias reflexiones.

La primera es que no todos los casos parecidos son iguales, ni iguales pueden ser las posturas estratégicas ante ellos.

La segunda es que si que es cierto que hay una creciente dejadez de nuestros deberes cí­vicos, incluido el de afear conductas incí­vicas hasta en nuestro propio entorno familiar o social, que coincide con nuestra creciente avidez por reclamar nuestros derechos contra los deberes de la administración, como si nada tuviese que ver ésta con nuestra pertenencia a una colectividad.

La tercera es que también lo es que, en casos en los que la clase polí­tica se ve presa de su propias inercias y contradicciones y se muestra absolutamente incapaz de resolver conflictos no sólo no acepta que se la critique, sino que, como alguien despechado, hasta la indiferencia, el hartazgo o el simple cansancio lo considerano ya  dejadez sino incluso insulto y pretende apretarnos los machos para que solucionemos los problemas que ellos han creado y que ellos son incapaces e resolver.

Y además de todo ello y aun a fuer de romper mi promesa inicial de no hablar de redes, resulta que esto que en twitter se ha ventilado en cinco o seis cruces de 140 caracteres, me ha provocado más de 800 palabras. Podrí­a decir que twitter es superficial y no llega al fondo y alguien podrí­a contestarme que llega la mismo fondo, si a los resultados nos remitimos que mis casi 900 palabras.

Lo más triste es que, probablemente, alguién y yo, y los dos, tendrí­amos razón.

1 comentario

  • Maripuchi dice:

    Lo cierto es que webs y/o usuarios como @betibegira me parecen estupendos. Creo que las denuncias ciudadanas de este tipo son muy necesarias porque la ciudadaní­a es la que está en la calle, en su casa, en su barrio y utilizando los servicios públicos y las administraciones, muchas veces, no pueden llegar a todo. O priorizan, pero éste es otro cantar…
    Ejemplos locales de activismo cí­vico de este tipo hay varios: desde Colabora Vitoria a NieveVG o Vitoria en bici, que denuncia los problemas diarios con que nos encontramos los bicicleteros.
    Peeero, la diferencia entre estos tres últimos y @betibegira radica en que los últimos tienen una evidente intención constructiva pues se proponen soluciones y @betibegira lo hace únicamente con el afán de meter el dedo en el ojo al Ayuntamiento o al Gobierno Vasco. Casualmente…
    El otro dí­a, ante una foto de una botella de cerveza vací­a y tirada en un alcorque enfrente de Ajuria Enea sugerí­a que el Lehendakari se habí­a ido de botellón, por ejemplo.
    Bueno, habida cuenta de que Ajuria se encuentra en pleno campus, se me ocurre que el comentario podrí­a haber sido más acertado.
    Lo dicho: cuando la intención no es denunciar o colaborar sino tocar los cojones (con perdón de la expresión), estas iniciativas encontrarán rechazo absoluto entre la ciudadaní­a que no sea expresamente de tu color polí­tico.
    Espero que este comentario arroje un poco de luz sobre mi posición a este respecto.
    Un saludo!

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