La teorí­a del beneficio estable, o aplicaciones perversas del 110

Estamos todos agitados con la cosa está que ha propuesto el gobierno de bajar la limitación de velocidad a 110 km/h. Dicen que se va a ahorrar mucho combustible. Digo yo… y qué? Ya no existe campsa por lo menos con el original significado del acrónimo, ahora son, recordemos, compañí­as privadas, luego en términos estrictos, una campaña de ahorro de combustible es, básicamente una campaña contra el beneficio empresarial de una serie de conocidas marcas. De esas que funcionan mejor que las embajadas, cosa por otro lado lógica y razonable si pensamos en que no es la obligación de los estados repatriar a los empleados a los que una empresa en su propio beneficio ha desplazado por ahí­ para su mayor lucro. Y no me cuenten lo de los impuestos, que en Libia como en Ecuador Repsol va a lo que va.

Pero volviendo al 110, si coseguimos gastar menos, Repsol y las demás facturarán menos, y teniendo en cuenta que, como todo el mundo sabe o deberí­a saber, esta gente o estos entes trabajan siempre bajo la premisa del beneficio estable como la mayor de las pérdidas asumibles, ya podeis suponer lo que va a pasar… a mayor ahorro mayor precio. Dicho de otra forma, que lo importante es que el importe de mantener su beneficio lo vamos a pagar litro a litro los de siempre.

Es un poco como lo del tabaco. Si mucha gente deja de fumar se suben los impuestos sobre el tabaco en el mismo porcentaje y el beneficio del estado se mantiene estable. Aquí­ nunca peligran los ingresos, los suyos, claro. Los nuestros hace tiempo que estaban en la uvi y ahora han pasado a la UDI, unidad de descuidados intensivos.

Por otra parte nos hablan de un ahorro de entre un 5 y un 10%. Está bastante más demostrado que, al margen de la velocidad lí­mite, el famoso decáologo ese de practicas de conducción eficiente o económica produce ahorros de hasta un 20%, pero tampoco  se le da tanto bombo e importancia. Ya se sabe, la teorí­a del beneficio estable, y para más inri, después de financiarnos la compra de coches para evitar el crac de la industria del automovil (otros de los del beneficio estable) ahora resulta que no podemos usarlo.

Por último resulta curioso e interesante que sigamos consumiendo dedos que señalan lunas como auténticos adictos. Mientras vuelan pensiones y derechos adquiridos con tanto esfuerzo, mientras siguen aumentando los beneficios de la banca (para estos el beneficio estable es el que crece de forma estable) que por cierto saneamos con nuestros recursos después de admitir y reconocer que la culpa era de ellos, mientras vuelan garantí­as y se pisotean derechos, nosotros a lo nuestro, a lo del tabaco en los bares y las pegatinas en las carreteras… ¡Que planeta, mikelarena!

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