Se diga como se diga…

ílava es Araba y Araba es ílava. Un trozito de tierra con gente y más cosas  encima que algunos llevan en el corazón, otros en la cabeza, otoros en ambos recipientes y alguno se ha dejado olvidado quien sabe donde.

Cierto es que tanto nos sentimos en nuestra salsa cuando en Mendi gritamos “ALAVí‰S” cuanto nos ponemos bucólicos y cantamos, o destrozamos, que todo es cuestión de más o menos Rioja, el Araba Oiiiii araaaaaaaaaba del amigo Kní¶rr. Por eso diré en principio que no me parece mal que ambas sean formas oficiales de referirse a este territorio en el que habito. Cosa aparte es que curiosamente a los que más cercanos al centro geográfico de territorio vivimos no nos dejen elegir ni uno ni otro y nos hagan “pertenecer” a Burgos. Por eso igual me cuadra de cir Trebiñu Araba da que proclamar sin complejos que Treviño es Alavés.

Lo de Bizkaia y gipuzkoa es más sencillo. se trata simplemente de respetar la grafí­a más adecuada al nombre original y único. Vamos, que es en cierto modo como si algien pusiese problemas por aprobar que en castellano guasintón se escriba Wasington.

La cosa pues del cambio de denominación oficial de los territorios que conforman la CAPV no tiene en ese sentido mucho más recorrido, no se lo veo yo al menos. De cuando en vez los grandes aspavientos del estado y su entramado institucional sirven para casar la realidad y la ficción administrativo legal, y eso está bien.

Pero si que hay un par de cuestiones que me rechinan en este asunto. Una es precisamente la que se deriva de lo anormal que es el número de años que algo tan normal ha tardado en suceder. Lo que hilando con lo anterior nos vuelve a tenernos que preguntar dónde está el vicio o defecto que hace que vivamos en un sistema en el que lo anormal es admitir algo normal. Porque si se ha tardado tanto es por falta de voluntades o por exceso de las mismas, por empaquetar fobias y filias y por escudarse en qué se yo que tipo de Y tú más.

Lo segundo es que el mecanismo para romper este bloqueo sea tan demencial. Para poder admitir que esto es normal ha tenido que haber un gobierno central con problemas de continuidad, necesitado de apoyoso por decirlo de otra forma, y en el más puro estilo de ¿dónde vas? , manzanas traigo hay quien ha cambiado, entre otras cosas, esta normalidad por el apoyo a unas cuentas que, desde el punto de vista de la izquierda tienen muy poco de normal.

Y eso nos lleva a considerar dos cosas. ¿Por qué se juega con la identidad de la gente ya sea colectiva o individual? ¿Que precio es legí­timo pagar por terminar con este juego? quiero decir, que si estamos de acuerdo en que no parece vistoso cambiar apoyos a cosas como la reforma laboral, los recortes, la reforma del sistema de pensiones, etc, etc, etc, por cosas de estas tipo nombres y así­… ¿por que no tratamos con normalidad la cosa de los nombres y así­? Y entonces se apoyarán las cuentas que deban apoyarse, allá cada cual. Y ni el que las apoya podrá escudarse en que traga ruedas de molino para recuperar su identidad, ni el que recibe los apoyos podrá usarlas como mercancí­a de generosidad.

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