De nuevo en el mercado.

Hace un par de semanas he empezado de nuevo a trabajar. Me refiero por concretar que he empezado a realizar una actividad remunerada, porque si miro por ejemplo este blog, en realidad parece que más bien he dejado de trabajar. Atrás queda una etapa más de hostelero y algunas cosas más. Por delante unos meses de trabajo duro para empezar y luego, dios, sabe quién, puede que algunos años más.

La cosa de la remuneración con ser importante no lo es todo. Cierto es, y para que lo vamos a negar, que lo triste de este mundo en que vivimos es que haya que depender de algo tan volátil como el dinero. Pero la verdad es que conseguir que te paguen por hacer algo que te gusta es, en el contexto del que hablamos algo más que una suerte, es una bendición. Uno es feliz porque vive a gusto, y uno puede despreocuparse de cosas que necesita y que además pueden servirte para hacer feliz a los tuyos, o, por ser menos posesivo, a los que comparten tus dichas y desdichas.

Quitadas de enmedio estas cuestiones crematí­sticas he de decir que pasadas ests dos primeras semanas estoy contento. Ser feliz quizás fuese demasiado decir. Pero desde luego que menos infeliz lo soy. Madrugo, eso sí­, pero intento empezar los dí­as sonriendo y poderlos terminar así­. Me gusta mi trabajo. Aprendo, conozco, y siento sobre todo la satisfacción que da convertir en hechos la sensación ser capaz de hacer algo. El paso de sentirse útil a serlo es, como no podí­a ser menos un paso satisfactorio y agradable. La posibilidad además de serlo no ya para los más cercanos, sino para muchos que no conoces y puede que ni distingas, también. El lujo que supone tener la ocasión de conocer con un pie dentro y uno fuera la ciudad que te vio nacer y a la que tú has visto mientras te dedicabas a crecer no tiene precio. Para lo demás mastercard.

Puede que algunos no entiendan mi decisión. Tampoco han hecho nada para echarme una mano. Bueno corrijo. Algunos de ellos si que lo hicieron. me la echaron al cuello mientras me segaban la hierba bajo los pies. Yo estoy muy tranquilo con la coherencia entre lo que hago y lo que pienso. Y es más, sé que muchos de los que me han dicho que se alegran del paso que he dado me lo dicen con sinceridad, como sé que quien me ha brindado esta oportunidad lo ha hecho sobre todo porque cree en mi. Ahora me queda mi parte del trabajo… responder en consonancia a toda esa confianza.

En eso estamos. Por eso espero que los que me seguí­s en estas lides comprendais que si duro es trabajar más duro aún es hacerlo a la vez que aprendes mecánicas, procedimientos y demás. Prometo, eso sí­, atender estas y aquellas obligaciones y devociones con la mejor intención y el mayor de mis cariños.

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