Cuando el rí­o suena.

Iba yo a escribir sobre esas tonterí­as mí­as cuando me he quedado pasmado. Yo querí­a hilar la noticia que habla de la próxima reapertura de Rí­o, céntrica cafeterí­a vitoriana reconvertida en pub, según dice la noticia, y “más acorde a los tiempos que corren” como añade. Querí­a yo expresar mi homenaje y nostalgia por aquella antigua cafeterí­a Rí­o que seguramente en su dí­a fue considerada como fuera de lugar, como en exceso moderna. Me refiero al establecimiento aquel de amplia entrada de cristal con su parte baja en lamas de alumninio, con su enorme tirador de vidrio verde (creo), con el suelo verde jaspeado, su barra angulosa y un aspecto general de bar de comic de lí­nea clara. Apenas un detalle de neón y un ambiente en el que uno se siente fuera de lugar si no se pide un Dry Martini. Pero llegaron los nuevos tiempos, llegó el falso estuco y la ostentosa madera, llegó la iluminación halógena y más tarde hasta el mosaico de azulejo y aquello se perdió. Se perdió también su magní­fica entrada, ví­ctima de ese neoneoclasicismo que obligaba a respetar los “huecos originales” del ensanche vitoriano, aunque sean ahora falsos, la piedra con apariencia de sillerí­a y grosor y textura de baldosa, y en definitiva la apariencia anodina e incluso anónima. Abusos que se cometen cuando se persiguen los abusos.

El caso es que como decí­a, mientras veí­a la noticia, en este caso en el correo digital, me he quedado atónito y me he dicho que ese no era el tema hoy. ¿Quién no lo harí­a también al leer algo como lo que he leido? Me explico. Se trata de un anuncio en el que van apareciendo textos que por su forma y contenido reproduzco en orden de aparición, sin que signifique ni suponga mi más mí­nimo apoyo sino todo lo contrario:

El PSOE y el PNV van a hacer una carcel de tercer grado en Vitoria.

Y Lazcoz nos oculta dónde se levantará el centro penitenciario

No queremos una carcel de tercer grado en Vitoria

PP Vitoria – Gasteiz

Para los que no anden al cabo de la calle de la polí­tica local, les aclararé que semejante aberración se refiere al proyecto que tiene instituciones penitenciarias de levantar un Centro de Inserción Social (el sitio donde pernoctan los reclusos en tercer grado que tienen su trabajo como todo el mundo que lo tiene y que cumplen unas condiciones y requisitos muy especiales que dentro de lo razonable indican su baja peligrosidad social) en el territorio histórico de ílava. El partido popular intentó buscar el apoyo del PNV para enmendar esta partida en el debate de los presupuestos generales, pero se quedó finalmente sólo.

Con usos tan torticeros, demagógicos y hasta temerarios del lenguaje y los medios de comunicación no es de extrañar que se queden sólos. Es incluso de desear que se queden más sólos aún, no solo entre sus congéneres polí­ticos, sino incluso también entre el propio conjunto de la población. Eso significarí­a que vivimos en un entorno social en el que prima la reflexión frente al regí¼eldo conservador, oportunista y rastrero.

Y ya por terminar, no se yo que control tienen los medios sobre la publicidad que emiten ni en que tarifa tienen tasados sus principios. En cualquier caso un simple recuerdo de cosas como la ética serí­a suficiente para no colaborar con cosas como ésta.

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