Mario

Publicado en Diario de Noticias de ílava el 28 de septiembre de 2010

Mario es un hombre que tiene otro nombre, pero eso ahora no importa. Tampoco que esté o no casado, que tenga o no una hija, o que todo su pasado quepa en dos maletas. Lo que ahora importa es que Mario es rumano. Va de una obra a otra haciendo su trabajo. Con su contrato y sus papeles, con sus horas impagadas y sus vacaciones no siempre disfrutadas. No entiende demasiado de reformas laborales. Está acostumbrado a ver como sus compañeros son despedidos o simplemente dejados de contratar mientras él y muchos como él levantan cárceles, puentes o presas. Mario no cobra más que lo que trabaja. No tiene ayudas sociales, ni salarios de integración, ni pisos sociales, ni comedores públicos. Paga sus cervezas, su tabaco, su billete de autobús y hasta la cuota mensual del gimnasio municipal.

Casos como el suyo son ciertos, reales, más frecuentes de lo que sabemos y mucho más de lo que creemos. Una legión de Marios, Dimitris, Saids, Joaquims, Carlos Albertos y Pepes y Pacos que se limitan a currar y vivir. Que efectivamente nos quitan los trabajos, sobre todo los sucios, pesados y peligrosos. Que viven en pisos y pensiones con el cinturón prieto. Que ahorran lo que pueden para enviarlo a esas familias que tienen aunque sea lejos. Que como todos tienen sueños y entre ellos el de volver a su casa. Que muchos por no querer no quieren ni quedarse como si que hicieron aquellos que vinieron hace cuarenta años o incluso antes. Por eso ha ido creciendo Vitoria alrededor y encima de la pequeña Gasteiz. Por eso somos hoy vitorianos de aquí­ y de allá. Porque hubo en su dí­a quien no se tomó muy en serio eso de creerse más de aquí­ que los demás. Porque en las huertas crecieron pisos entre acentos gallegos, extremeños, andaluces y hasta castellanos. Gente que entregó su trabajo a cambio una vida mejor para ellos y para los que les recibieron también.

Por eso me parece bien lo de la oficina para denunciar abusos, sólo que yo la dedicarí­a a dar publicidad a todos esos casos en los que el único abuso es el que ejerce el sistema en cuestiones como el precio de los alquileres, lo exiguo de los salarios y lo duro de los trabajos. Una oficina dedicada a deshacer bulos, a descubrir que realmente no hay primos, tí­os y demás familia de concejales en pisos dados a dedo, ni millonarios a costa de ayudas sociales, ni aprovechados que guardan langostas en casa mientras van a comer a Desamparados. Que lo que hay en realidad son muchos Marios viviendo en sus armarios y sin poder salir de ellos.

2 comentarios

  • javier vegas dice:

    Nunca he pretendido que lo sea. Para eso están las noticias. Yo básicamente traslado mis opiniones y las opiniones son, como su propio nombre indica subjetivas.
    Efectivamente conozco poco la situación de esos aprovechados. Porque no soy uno de ellos, porque no me toca o porque no son tan fáciles de conocer, bien porque no son tantos, bien porque se esconden bien, bien porque nadie que como tu los conoce los denuncia.
    No sé donde ves crí­tica al ayuntamiento. Yo dirí­a más bien que es incluso el que mejor parado sale. Lo que pido precisamente es que se acabe esta tendencia a soltar bulos desde posiciones anónimas acusando a personas sin nombres y apellidos. Al juzgado, hombre, al juzgado.
    Las ayudas, como muchas cosas en la vida y en la administración nunca son fáciles para el que más las necesita.

  • Anónimo dice:

    No creo que tu comentario sea objetivo, creo que conoces poco de la situación de algunos aprovechados que perjudican con su actitud a otros Necesitados. Lo que dices es una crí­tica barata o bien porque el Ayuntamiento es del PSOE o por criticar sin más.
    Yo he visto a un dueño de varios kebabs con muhos empleados pidiendo una ayuda social.

    Y que sepas que si tú tienes necesidad no tendrás facilidad para esas ayudas por ser de aquí­. Investiga un poco más el tema y verás.

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