Decí­amos ayer

Publicado en Diario de Noticias de ílava el 14 de septiembre de 2010

Sin haber pasado un procedimiento inquisitorial, sino tan sólo el obligado asueto veraniego vuelvo de nuevo al estrado y digo, como dicen que dijo Fray Luis, aquello de “decí­amos ayer”. Como el buen Simón o Simeón subo a mi columna, la octava, para disfrutar de esta hermosa y agradable penitencia algo más de nueve meses. Todo un embarazo de estilita que esperemos dé sus frutos.

Entre el ayer que decí­amos y el hoy que hablamos pocas son las cosas que han cambiado, tal como vaticinamos en su dí­a. Algunos de los que leí­amos y nos leí­an ya no lo harán. Ni Petite tirará sus dardos desde el campanario, ni disfrutaremos de las sobremesas con Antton, el gran Iriondo. No nos cruzaremos con Bethoven ni volveremos a comer las rosquillas y otras delicias de la Andresa, la de Palacios. El buen Andrés, Osinaga como Pedro, no acudirá más al ayuntamiento de Aramaio, pero a buen seguro compartirá en algún sitio mesa y puede que hasta un habano con el ya citado  Antton.

Entre aquel ayer y este hoy, desgracias al margen, me temo que seguimos vitorianos y alaveses cantando la misma canción. Eso sí­, algunos detallicos nos sorprenden y requieren cuando menos nuestra atención.

El Fray Luis del tí­tulo era el de León. Medio paisano mí­o ya que según me dicen pertenezco a Castilla y como él a León. Y es que mira tú por donde la diligencia legislativa del gobierno vasco va a hacer que por fin tenga sentido de Paí­s la anómala situación del enclave. No me refiero a la nueva iniciativa Uda Batuz, a la que deseo una próspera y feliz andadura. Hablo aquí­ de una cuestión más volátil. Hablo de humos, hablo del enclave y no hablo de incendios aunque en efecto estemos quemados y sea nuestro futuro negro como el carbón.

Pero lejos de desanimarnos en el enclave estamos preparando una campaña de promoción y captación de visitantes. Los lemas que se barajan son del tipo: “Treviño y Arganzón, Enclave de humos”. “¿Un cigarrito después del café? En Treviño es posible”. “No te quemes en Gasteiz, enciende un puro treviñés”, o aquel otro de “que no te bajen los humos, ven a fumar al enclave”. Pero no todo son palabras y proyectos. Así­ para empezar hasta es posible ya pasar una o varias noches con sus dí­as con el burro que fuma, por no hablar de bellos parajes en los que se puede fumar con tranquilidad porque todo lo que podí­a arder ya está quemado. Eso sí­, con la suerte que tenemos fijo que Madrid fuerza el paso y nuestros proyectos hosteleros vuelan, como nuestras ilusiones, echas humo.

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