El corazón de la música

Ayer, en La Puebla de Arganzón, tuvimos un concierto. A decir verdad hubo quien tuvo un concierto y hubim0s quienes tuvimos una experiencia vital de las que no se si son o no inolvidables, pero de las que en todo caso conviene no olvidar. Porque ni siquiera en la música es todo música. Ni siquiera un músico tiene porque ser sólo un músico.

Si hubiese tenido que actuar como speaker presentador hubiese dicho algo así­ como:

Hay muchos que cuando hablan de música hablan de alma. Hay muchos otros entre los que me cuento que no creemos en el más allá, y vivimos como mejor podemos nuestros más acás, lo que es más mucho que poco. Para nosotros, la música es sobre todo corazón. La cabeza piensa gracias a la sangre que le enví­a el corazón. Y el corazón, además de sentimiento es, sobre todo y antes de nada, ritmo. El ritmo no es solo una cadencia de golpes, es mucho más. Y si alguien sabe de ritmo, y si alguien sabe de corazón es el músico que hoy nos lo va explicar golpe a golpe… Angel Celada

Pero no hubo lugar para la presentación, así­ que, como me herví­a en la sangre aquí­ la dejo a su disposición, a la tuya Angel. A mi lo que oí­ no me sorprendió. Y no quiero decir en absoluto que me resultase aburrido, previsible o vulgar. Todo lo contrario como atestiguaron desde niños a mayores pasando por músicos pasivos y activos y llegando incluso a escépticos rendidos. De quienes podí­a esperarse oir aquello de que sólo era ruido oí­ palabras de música. Los más rockeros de espí­ritu disfrutaron también. Mi padre más jazzero gozó y mi hijo más rapero alucinó. Yo me limitaba a poner copas como en un sueño.

Para mi el concierto habí­a empezado antes y terminó después. Para mi la magia fue conocer a un hombre de cuya vida sabí­a hace años, muchos años, desde las furtivas escapadas a la capilla del prado donde ensayaba con Fausto, hace así­ como más de 30 años, a sus incursiones jazzeras y sus bolos “comerciales”. Su vida siempre se me ha aparecido cercana. Si no eran amigos o amigas comunes eran vecinos, pero siempre he tenido cierta sensación de conocerle. Por eso, cuando al final le conocí­ me resultó tan cercano como habí­a pensado. Por eso no me sorprendió escucharle, hace años que se que es bueno, si no el mejor. Por eso me pareció natural oirle sin baquetas, y charlar, y compartir un objetivo, ser, en la medida en que este mundo nos deja, tan felices como se puede ser. Y es que hay quien se amarga y quien como él, se dedica básicamente al buen oficio de ser buena gente y vivir como tal. Y es que los grandes, cuando son realmente grandes más allá de los medios y los flashes, deslumbran a quien los conoce por una cosa por encima de todas… por su modestia.

1 comentario

  • Tu comentario me ha emocionado, me ha llegado al corazón. Por eso contesto. Ha llegado a mis manos y no te conozco ni sé quien va a leer estas palabras, ni a donde las mando, porque no entiendo mucho de chats ni de blogs, pero en este caso ,me es igual. Conozco a Angel y conozco su trabajo. Conozco su entrega y sobre todo su honestidad en la música. Cada golpe que da, cada sonido que sale de ahí­, tiene el espacio de todo el silencio que exista en el universo, sin más ni menos, por eso su música camina. Da su vida por decir la verdad de lo que sabe, y sabe. Lo más bonito de todo esto es que, habiendo retrocedido la música pop, hay público que aún sabe apreciarlo. Por eso me emociono cuando veo que hay personas como tu, que captan la verdad en el corazón de las personas.

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