Por qué hice huelga ayer

Ayer fue una jornada de huelga general. Uno se suma o se resta a o de estas convocatorias por diversas razones, y por otras cosas que no lo son tanto. Yo personalmente siento que debí­a hacerlo. Como se dice coloquialmente la primerra y fundamental razón no es otra que aquello de “me lo pide el cuerpo”. Ya está bien de rebelarse en silencio y de hacerse mala sangre leyendo prensa on u off line, escuchando radios o viendo televisiones. Ya está bien du asistir a tan burdo espectáculo sin poder dar palmas ni abucheos, como espectador silente y atado de pies y manos a la butaca. Por eso de cuando en vez hay que decir basta, y ese tipo de cosas tienen más efecto cuando no es uno solo quien lo dice.

El caso es que estaba yo dando vueltas inconexas a mis sentimientos sobre la huelga cuando he visto algo que me permitirá ordenarlos. Ordenar mis sensaciones al oir las declaraciones de Aguirre, la esperanza de Madrid, diciendo que 7000 trabajadores no pueden poner en jaque a 6.400.000 habitantes y callando que en esta crisis mundial un gurpo mucho menor de especuladores y oligarcas están poniendo en jaque a miles de millones de habitantes del planeta; al comunicado de EHNE, sindicato de la ertzaintza exigiendo a CC.OO. que pidiese disculpas por decir que la carga contra un piquete fue desproporcionada, escusas que algunos de los ofensores no podrán dar hasta que no se le desinchen los morros o se le reduzcan los cardenales y pueda entonces dar gracias por el masaje; a las palabras de Surio, director de EITB hablando de que al PNV lo que le molesta de EITB es no poderla controlar mientras el medio que dirige, por lo menos en lo que a Radio Vitoria se refiere, ha estado toda la jornada poniendo música (vamos que se ha sumado a la huelga general), extremo que sus propios informativos parecí­an ignorar cuando hablaban de normalidad y escaso seguimeinto de la huelga; al regocijo de SEA por lo que consideran fracaso de la huelga, a la satisfacción del gobierno Bascongado por ser tan buenos estadistas (o sea por controlar tan bien las estadí­sticas), a los jubilados riéndose de los sindicatos y a los obreros quejándose de los piquetes y hablando de sus hipotecas.

La respuesta me la ha dado el boletí­n electrónico de información económica que deriva ultimamente hacia posiciones  pulpitarias, más cercanas a la opinión del que las suscribe, no precisamente las mí­as, que a la información objetiva que hizo de este medio un referente. Me refiero a Cybereuskadi, y más concretamente a su crónica Cinco razones para no hacer una huelga hoy.

primera: “Porque trabajar es un privilegio”. Trabajar puede que sea una desgracia, una maldición bí­blica, una necesidad y hasta un derecho, pero un privilegio no. Un privilegio es ocuparse en lo que a uno le gusta, y disfrutar con ello. Pero el trabajo del que aquí­ hablamos poco tiene que ver con eso. Es más bien y simplemente un ejercicio de compra venta en el que uno vende su esfuerzo a cambio de un salario, que según la teorí­a clásica debe siempre ser menor que el valor del producto generado para que se mantenga el beneficio que a su vez hace feliz al empleador y mantiene la empresa y la diferencia.

segunda: porque las medidas de los gobiernos van a favorecer la creación de empleo ya que al ser más facil despedir (y contratar) los empresario perderán el miedo a hacerlo (se supone que contratar) porque ya no lo tienen a cargar con esos empelados fijos que es tan caro despedir. Lo cierto es que ejemplos como el de Saunier Duval indican lo contrario. Lo cierto es que los empresarios llevan tiempo sin contratar fijos y que la tasa de temporalidad hace que este tipo de argumentaciones afecten a un escaso número de casos. Lo cierto es que a pesar de tener los pantalones por debajo de la lí­nea de los tobillos los empresarios siguen pidiendo más “flexibilidad” y dicen que la presente no es suficiente.

tercera: porque los sindicatos son corporativistas y sólo defiende los intereses de determinados grupos o clectivos. Bueno y qué, y qué si esos intereses están en todo caso más cercanos a los mí­os que los del FMI, el BCE, la CEOE o hasta el SEA. Esto es como decir que me dejo atropellar por un camión apartando al polí­cí­a municipal que intenta detenerlo porque no creo en la policí­a.

cuarta: Porque estamos en crisis porque no somos competitivos y nuestra única salida es trabajar más por menos. Bueno, esa o irnos directamente a china o a Taiwan y entonces ya no tenemos que preocuparnos ni de sindicatos ni de privilegios, ni de contratos. todos a trabajar en familia, hombres mujeres y niños y a competir, que todaví­a me quedan 1000 zapatillas a las que coser el logo ese del aire.

quinta: porque la huelga la convocan sindicatos nacinalistas mientras que los españoles la coonvocan otro dí­a, y eso huele a polí­tica y esto es laboral. La polí­tica se practica en toros foros. La polí­tica es todo. La huelga general no es una herramienta laboral, eso es una huelga sectorial o de empresa. La huelga general es una herramienta polí­tica que viene a contrarrestar una acción polí­tica, en este caso la de los trabajadores en activo o pasivo frente a los gobiernos y quienes les gobiernan, las autoridades económicas mundiales y los especuladores y oligarcas a quienes amparan.

En cualquier caso, amigo Jose, gracias por ayudarme a ordenar mis ideas.

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