Maratón local

Se van acercando las elecciones municipales, y a más de un año vista podemos constatar que la campaña ha empezado. Podemos incluso certificar que ha vuelto a comenzar tan mal como siempre. Haremos un rápido repaso y quizás mañana use como excusa para mis propias reflexiones las recientes y reiteradas declaraciones de Mikel Arana, portavoz de Ezker Batua.

El PP vuelve por sus fueros en carrera larga, bien a pesar de quedar demostrado que su papel de subsidiario y miembro del partido en su ámbito nacional que dirí­an ellos, estatal para otros entre los que me incluyo, no es suficiente para garantizar siquiera lo poco en que ellos creen de nuestras instituciones: el concierto. Pero a ellos eso no les arredra y venderán su vailente apoyo al gobierno en el que no entran pero de cuyos grandes logros se sienten no ya copartí­cipes, sino autores y hasta guardianes justicieros. Entre estos grandes logros se apuntan la purga simbólica y prosaica de EITB (desde el mapa del tiempo hasta las “prejubilaciones” pasando por la parrilla y el libro de estilo); la proliferación de banderas; la omnipresencia de las ví­ctimas (más de unas que de otras); la retirada de sí­mbolos vejatorios de los uniformes de la Ertzantza; y hasta la parece ser que fallida cruzada por el modelo A entre otras cosas. Para el futuro nos quedan la roja jugando en Mendizorroza y alguna sorpresa más. En cualquier caso será una carrera tan larga como esquizoide. Unas veces los sociatas serán sus socios en el cambio y la normalización de estas tres provincias españolas, y otras en cambio serán sus enemigos en la crisis, en la dipu o hasta en el propio gasteiz. Lo suyo será una campaña de separar polvo y paja; Lopez de Lazkoz, Ares de Egiguren; Pastor de Rojo; Prieto de Mújica y yo que sé quien más…

El PSE-EE también lleva lo suyo. Intentar volver a convencer a su electorado de que su objetivo es trasversal y de que busca vertebrar a una sociedad vasca plural, cuando todos vemos como su pluralidad sólo llega al ámbito eres del PP o del PSOE, de Rajoy o Zapatero, pero español en todo caso, y si no… pues a chalanear acuerdos y presupuestos, pues eso, que resultarí­a complicado. También es cierto que, visto el comportamiento histórico de los electorados bien puede intentarse con ciertas garantí­as de éxito. En mayores mentiras y con peores antecedentes hemos caido como cuerpo electoral. Bonito será ver como optan a arrebatar las diputaciones y los ayuntamientos a los nacionalistas que los gobiernan a la vez que les piden sopitas y les llaman a suscribir grandes acuerdos, al tiempo que se dedican a desmontar de forma sistemática lo que estos hicieron y a adornar periódicamente el derribo con lindezas sobre pasividades, complicidades y hasta culpabilidades pasadas.

Al PNV le va a ser más fácil, pero tampoco tanto. Despejada la incógnita de EA, por lo menos, en cuanto a coaliciones se refiere lo tendrán más sencillo. El apoyo de H1! lo tienen sino seguro si cuando menos muy a mano. Eso sí­, el debate girará también en torno a cierta esquizofrenia… dejar que lo rompan todo los no frentistas o buscar mí­nimos suficientes que sin menoscabo de la rebeldí­a no llamen a rebato ni revolución y conserven intacto su legado a espera de volver a estar en posición de revitalizarlo. La polí­tica hace extraños compañeros de cama, y la equidistancia, esa palabra tan denostada como superada por los acontecimientos, no es bien aceptada por nuestra actual opinión publicada. Mantener unas instituciones puede obligar a sostener otras, pero eso pasará al dí­a siguiente.

Bataloquesea sigue reiterando su propia esquizofrenia. Nada tienen que ver con quien nada tienen que ver pero, si ni ellos tienen nada que ver es que entonces los otros no representan a nadie, y si no representan a nadie a nadie más que a ellos defienden y viendo como van las cosas no creo que haya que hacer tanto ruido para autodefenderse cuatro gatos locos. Empiezan todos ellos a ser un problema más mental que polí­tico. Puede que hasta sea una salida para alguno de su presos o de sus actuales lí­deres encapuchados llamados a ser presos: los pabellones psiquiátircos, una forma de esquivar la incomoda etiqueta de presos comunes, como si lo suyo fuese extraordinario. Algún incauto caerá quizás en sus cantos de sirena, y acabará con su barco en el punto en el que acabaron muchos otros, hasta los más insignes de nuestros históricos naví­os, pero no hay peor ciego que el que no quiere ver.

Y dejo para el final el área de los vasitos incomunicantes. Ese diálogo que desde hace lustros lleva ese electorado que se define como de izquierdas, republicanos, que no entiende de imposiciones, que defiende a ciudadanos con derechos, que cree en la solidaridad, en el comercio justo, en el respeto a la cultura, que asume los elementos diferenciales de los pueblos en equidad planetaria, y que hasta tiene su punto de humor amor y fantasí­a con las siglas que aspiran a representarla. Fueron votantes de Euskadiko Ezkerra, algunos migraron a la EA originaria, otros a Izquierda Unida, unos y otros volaron a Aralar, y todos ellos, mayoritariamente se refugiaron en la abstención leida e instruida. Según parece Aralar se ve ahora fuerte como para no necesitar a nadie. Antes hicieron lo mismo otros, y así­ les fue a ellos y a su electorado. EB piensa que sus errores fue gobernar, y no seplantean pensar que igual fue más el cómo que el que o con quién. EA sigue con sus polos y por lo menos en este sentido ha dejado el campo libre, y otros grupos o grupúsculos no tienen muy claro como actuar.

El caso es que unos y otros, ellos todos o todos ellos, vuelven a las andadas, a perseguir más la fortaleza de sus organizaciones y de las posiciones que oupan en los resortes del poder que en el uso que de este ha de hacerse. Una vez más, lejos de hablar con nosotros los votantes hablan de ellos los votados, de sus inquinas y preocupaciones, y hasta se permiten discutir sobre lo que nos importa o no, sobre lo que nos interesa o no, sobre lo que nos es prioritario o no. Y nosotros dando palmas. Eso sí­, la fuerza más solidamente establecida, la abstención, sigue siendo ignorada y recibiendo a diario argumentos para proseguir su imparable crecimiento. Sólo habrí­a una forma de neutralizarla… intentar organizarla… Seguiremos con el asunto

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