La Atenas del Norte

Publicado en Diario de Noticias de ílava el 5 de enero de 2010

Ya está. Ya tenemos un nuevo año. Una ocasión más para escribir mal las fechas y para hacer buenos propósitos. Tabaco, gimnasio y coleccionable. Nuestro ayuntamiento,  nuestra diputación, y hasta el gobierno que tenemos realquilado en la ciudad hace sin embargo tiempo que se pusieron a la obra, y por una vez no hablaremos de tierras y ladrillos. Hacen bien en adelantarse, que para eso son gobiernos y hacen presupuestos y previsiones.

Unidos todas las administraciones en el loable empeño de elevar Vitoria a las más altas esferas urbanitas, es como si se hubiesen propuesto recuperar para ella el viejo apelativo aquel de la Atenas del Norte. Entonces fue posible gracias a militares letrados, curas ilustrados, señoritos bohemios, sabios eruditos y, por supuesto, a otros cientos de vitorianos que se dedicaban básicamente a trabajar para mantener todo el tinglado.

Hoy se han centrado en las grandes instituciones de la Atenas  de oriente, de la de siempre, vamos. Nos referimos a organismos como el Liceo o la Academia. Y nuestros jerarcas se han preguntado”¦ ¿Cuál fue su elemento clave? Pues el estudio. De siempre se ha hablado de la gente con estudios como referente de saber y ganar. Los pintores los tienen y hasta los convierten en museos. Los jóvenes los alquilan para comenzar su vida en solitario. ¿Y cómo aportar desde esta urbe capitalina la dosis suficiente de estudios como para recuperar la franquicia ateniense? Pues muy sencillo: haciéndolos. Así­ Vitoria ““ Gasteiz será un compendio de Liceos y Academias. Una auténtica Atenas. ¿Qué hay que prolongar el tranví­a? Hacemos unos estudios, y cuando los traigan, encargamos otros. Ya lo hicimos en su dí­a con el auditorio versión 1.0 y lo hemos vuelto a hacer con la versión 2.0, y seguro que alguno más haremos hasta verlo terminado y aún después. Lo hicimos con Tres Santos. Con el soterramiento, con la intermodal, y hasta Mariturri, a la que dedicamos diversos estudios para mejor glorificar su arqueológico pasado, reclama ahora un estudio a Eolo, señor de los vientos, por no hablar de otros vientos, con túnel o sin él, molinos y hasta yacimientos y grafitos.

No tengo tan claro si con tanto estudio hemos aprendido algo. Ni si este es o no el mejor camino hacia Atenas (hacia Roma llevan todos, pero lo de Atenas siempre ha sido más complejo). Lo que si tengo claro es que hemos conseguido hacer historia y hasta mudar hábitos. Ahora cuando se quiere parar algo no se hace una comisión, se encarga un estudio.

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