Lluvia de albóndigas

Aprovechando esos buenos momentos que nos deparan las navidades nos cogimos el otro dí­a a los niños y nos los llevamos al cine. El Cuento de Navidad nos parecí­a un poco siniestro. Alví­n y compañí­a nos daba alergia. Avatar ya lo habí­an visto mi amigo y su hijo, así­ que, movidos por la necesidad e impulsados por alguna crí­tica leida al respecto nos fuimos los cinco a ver Lluvia de albóndigas.

Curiosa producción de cuya elección especialmente los padres presentes no nos arrepentimos. Los niños pasaron un rato y se comieron las palomitas. El que tení­a sentado a mi lado (como llegamos tarde tuvimos que repartirnos por las sillas vacantes) me miraba con curiosidad cada vez que me reí­a. Cuando oí­a que tras de mi se reí­a también Mario (el otro padre que iba conmigo), me sentí­a menos extraño. Era sólo cuestión de edad.

La pelí­cula en si es de esta moderna animación de sí­ntesis, que or cierto cda vez es más efectiva, creible y expresiva. La historia tiene los clásicos ingredientes para pasar un buen rato, los personajes están bien construidos y el humor que destila es mezcla de humores varios. humor sencillo con el que rí­e un niño y humor un pelo más inteligente con el que sonrí­e un padre. A veces incluso remios todos juntos. el final, por supuesto, feliz. De entre los personajes, el alcalde es genial, pero no más que el padre, o incluso que el musculosos policí­a. Por la intensidad de su papel y las risas que me causó, el cámara argentino es casi de lo mejor.

En fin, posiblemente no pase a la historia del cine ni figure en las listas esas de las mejores cien pelí­culas de la historia, pero yo ersonalomente me pasé un rato muy agradable viéndola.

Puedes conocer más sobre la pelí­cula en www.lluviadealbondigas.com

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