Puesto a hacer las cosas con orden Iván zulueta se ha muerto con el año. Muere con él un personaje, no un personaje de culto. si culto tuvo vivo no hay porque dudar de que lo seguirá teneindo muerto. De hecho, y en lo que al cine se refiere, es como si llevara muerto mucho tiempo. Curiosidades que tiene el cine español. Donde sus grandes creadores son esquivos con la pantalla hasta decir basta. Uno ya no podrá ponerse de nuevo frente a la cámara, decisión según parece tomada hace ya tiempo. El otro lleva unos años de retraso, pero no es descartable que pueda deleitarnos con la cuarta. Me refiero claro está, a Iván zulueta a quien hoy despedimos y a Victor Erice a quien esperemos poder volver a ver.
A Iván le bastaron dos películas, de las que yo personalmente he visto la mitad, o sea se, que he visto arrebato y he oido hablar del un dos tres al escondite inglés. Así que no hablaré de esta y tan sólo un poco de aquella.
Película rara, sórdida, dura para la época. Â Apenas recuerdo la trama. Como ocurre con muchas de estas cosas que viste hace tiempo recuerdo tan solo el tono. Como la vida misma. Sin concesiones. Testigo de unos años duros y de una forma dura de entenderlos y vivirlos. Demorirlos tal vez. Hoy todo tiene más glamour y menos fondo. Todo, hasta el terror, es más manejable, más estético, más asequible. Aquel cine hacía pensar. Hacía moverse en la butaca para algo más que para buscar la caja de palomitas. Uno no salía necesariamente feliz, pero salía vivo. Más vivo si cabe que cuando había entrado. Porque no diré yo que vivir es transitar por un valle de lágrimas a golpe de sudor. Pero tampoco afirmaré que es ir dando ingrávidos saltos escoltado por mariposas y aves de colores sobre un campo floreado.
En fin, que hoy que es el principio de otro lote de días sienta mal empezar con estas cosas, pero que le vamos a hacer… dejaremos para otro día la crónica de la última película que he visto… Lluvia de albóndigas
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