En clave troyana

El conflicto guadiana surge de cuando en vez. Me refiero, claro está, al asunto del enclave treviñés. Por resumir su situación actual diremos que es un tanto confusa y, más que desesperante, desesperanzada. Los antiguos luchadores están cansados, desmotivados y desmovilizados. Desde que Javi Ruiz se fue al monte para siempre los movimeintos dentro del enclave son de todo menos movimientos. Desde que la izquierda abertzale decidió obrar con voz propia y por tanto exclusiva y al albur de sus propias estrategias en el enclave han conseguido lo mismo que en tantos otros sitios y conflictos, quedarse solos. Desde que cambiaron los gobiernos municipales, uno es del PP burgalés y trabaja con intensidad en esta su tarea de castellanizar el enclave, y el otro, combina deseos con realidades y gracias al empeño de algunos por aislarles, y a su desconocimiento de las peculiaridades y las gentes de la polí­tica vasca y alavesa, miran más allá donde más les dan.

Desde ílava y desde algunos sectores del enclave empadronados en Vitoria pero habitantes en él y firmemente comprometidos con la integración en su territorio de derecho se indica que el erro es haber dado demasiadas facilidades a los habitantes de derecho del enclave. Vamos, como que nos hemos hecho vagos y por eso ya no vamos a manifestaciones ni portamos pegatinas ni pancartas. Dice este sector que lo que habí­a que hacer es surpimir todo tipo de colaboración (en sanidad, en educación, en transporte, en infraestructuras, etc) para que veamos lo que nos perdemos por no mojarnos el culo.

Desde Burgos por contra han adoptado la polí­tica contraria. Todo nos lo pagan y todo nos lo conceden. Y además, y de ahí­ el tí­tulo del apunte, lo hacen en clave troyana. Desde su territorio y con su legislación se dedican a ponernos parques eólicos, colegios en inglés y hasta flamantes dotaciones sociales, culturales y demás. Arreglan las carreteras, mejoran las comunicaciones, nos ponen banda ancha y hasta se encargarán de ponernos acceso a tele madrid o a canal castilla que no se ni si exsite. Nos regalarán entradas para el mirandés y nos darán bonos para tener las mejores habitaciones en la carcel de Zaballa.

Una vez más, los ciudadanos a pagar los platos rotos. Unos y otros veremos como por los montes de Vitoria en vez de ver aparecer Dos pelos (Fernadez de Lezeta) veremos como surgen los molinos cervantinos construidos por Gamesa Sevilla. Los vientos de la llanada dejarán sus impuestos en Madrid, mientras nosotros dejamos los resí­duos nucleares junto a Valdegobí­a, que a fin de cuentas somos los que nos llevamos la electricidad. Nuestros montes se quemarán mientras llegan los camiones de Medina de Pomar, y hasta los muertos palidecerán mientras los equipos de rescate de la guardia civil impiden a la ertzaina hacer su trabajo.

En fin, que tenemos al troyano dentro y seguimos discutiendo sobre si los caballos de madera tienen como los gatos, cinco pies.

 

1 comentario

  • María dice:

    La Puebla de Arganzón es ílava, subvencionada por Castilla. El problema es si los habitantes de Treviño se sienten burgaleses, o alaveses. Un chico de Treviño en Cabo Norte ´se molestaba por llamarle burgalés…Y me decí­a yo sé de dónde soy , no sé si en Burgos lo saben….

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