La mascarilla del nipón

Se puede ser gilí­ y luego, varios grados más allá, acercarse al nipón que acabo de cruzarme por la calle. Por mejor decir no se si me lo he cruzado en la calle postas, en la plaza de la virgen blanca o plaza vieja, o en las exultantes instalaciones que la vital regenta allí­.

El caso es que la primera vez que me lo he cruzado me ha dado pena, y el resto de veces más. La primera vez me ha parecido observar un a modo de sanitario apósito que, sujeto a la parte alta de su cráneo con linda lazada, abrazaba su mandí­bula inferior entre la oreja y el arranque de los labios. Vamos, que no quedaba muy claro si el paciente sufrí­a el clásico remedio contra el flemón, o si habí­ase cortado bajo la barbilla al afeitarse, incluso si era un ahorcado superviviente (un mal ahorcado parafraseando a Gila) o si en último extremo el cuello del tal nipón habí­a sido comenzado a seccionar con la tradicional katana por mano propia o ajena.

La segunda vez he observado estupefacto que lejos de los males anteriores el hijo del sol naciente sufrí­a de otro mal muy diferente. Lejos de su patria y del naciente sol, el gilí­ nipón, ofuscado por las tinieblas del sol nonato, habí­a caido ví­ctima del SIMPLE (Sí­ndrome del Idiota Manipulado por Periodistas Lí­deres y Expertos), o del SINSORGHO (Sí­ndrome del Informado Negativamente Sobre Orí­genes y Resultados Generalmente Horribles y Oscuros). Vamos, por dejarnos de acrónimos, que se habí­a tragado sin masticar todo el tinglado de la Gripe A. (Curioso también el nombre con su punto bí­blico,  la última en llegar se coge la primera letra para su nombre). El apósito no era tal sino una mascarilla en posición de descanso que ahora cumplia su misión.

Ojalá se la haya puesto al revés y consiga que, en vez de evitar su contagio de un virus más poderoso en los medios que en los cuerpos, el tal idiota no nos contagie su estulticia al resto. Porque aún suponiendo que el sistema sea eficazmente protector… ¿es que no se ha dado cuenta el nipón que era el único en llevarlo? Que aspira ¿a quedarse solo en el planeta? ¿piensa que el resto somos negligentes y él el único ser vivo inteligente? ¿calibra acaso la posibilidad de asistir a un suicidio en masa de vitorianos?

Por más preguntas que me hago sólo encuentro una respuesta. Este tí­o es tonto, y algunos de los que andan detrás de todo este indignante circo demasiado listos. Puede que sin entre ellos se contagiasen un poco consiguiésemos que los medios y demás integrantes del aparato, (administraciones, empresas y polí­ticos) volviesen a la normalidad en la que gran parte de la población llevamos, al menos en este asunto, viviendo hace tiempo.

Leave a Comment

Límite de tiempo se agote. Por favor, recargar el CAPTCHA por favor.