Diga 33

Se acabó la 33 y es hora de hacer balance. De lo musical sirvan las crónicas escritas dí­a a dí­a. En general y locales triunfalismos al margen , el nivel de los carteles de este año  ha sido justito. Para mi gustito y por ambas caras, digo gargantas, el mejor dí­a el viernes, peyroux, bridgewater. De lo demás vamos a repasar así­ en plan desordenado algunas cosas.

La presencia del público, especialmentte en los primeros dí­as fue más bien tirando a escasa, y ni siquiera el sábado registró un llenazo espectacular. Justito el lleno que no lo fue. Un acierto el de incluir la sesión del lunes en el abono. Ayuda a que mendizorroza ofrezca un aspecto más digno de un concierto. Hablando de mendizorroza, no se los años que le quedarán como sede de estas jornadas, Pero la combinación entre la poca ventilación, las ventanas abiertas y el tráfico cercano hacen que a veces sea un poco complicado concentrarse en lo que ocurre en el escenario, especialmente ante sensibles ofertas desprovistas de grandes volúmenes de decibelios.

Lo del bar tampoco es de recibo, con los precios que marca tener una oferta tan limitada de cerveza fue una lástima (la estrella se acabó para el jueves y sólo habí­a voll damm, y esa cerveza ees como la peyroux, levanta tantos odios como pasiones).

Sigo pensando que serí­a un enorme favor hacia el público que las pantallas se usasen para algo más que para comprobar la pésima realización, y las escasas habilidades de los cámaras de etb que grabaron los conciertos. Digo yo que estarí­a bien intentar algo parecido a una traducción simultánea de los speachs de los músicos, o incluso ir poniendo los tí­tulos y autores de los temas que se interpretan.

Por otro lado, y como último tema, uno no puede pasar por alto algunas cuestionnes sobre los asientos. Por un lado yo personalmente eliminarí­a las sillas negras. Esas a las que acceden generosamente financiados por nuestros impuestos ediles, diputados y demás gente “vip”. Mi postura es clara. El que quiera ir que se lo pague. Ya hay quien lo hace y desde hace años. Hay quien dice que van porque son patrocinadores, porque la organización da entradas a los patrocinadores. Bueno, eso podrí­a valerme para iberdrola y vodafone. Para elayuntamiento y diputación no. Los cargos de los unos y la otra no son los patrocinadores. Los patrocinadores somos todos, ellos solo firman la orden, así­ que o entramos todos gratis o pagamos todos,que creo que cno sus sueldos sse lo podrán permitir.

Hablando de sillas,invitarí­a también a la organización a “pasar lista” en la zona de los numerados, y no solo hacerlo por curiosidad, sino para premiar los asientos que se ocupan a diario (para eso son los abonos), y castigar a los que están más vací­os que llenos haciéndoles perder filas. Digo esto porque es auténticamente lamentable ver conciertos con tanto asiento vací­o en las primeras filas. Malo para los músicos, malo para la imagen y si se me apura hasta ofensivo para los que se paiñan en las gradas mientras los mejjores sitios se aburren solitarios.

Y puestosa pedir, habrí­a que pedir a las cenicientas un poco de paciencia. Llamo cenicientas a los que a eso de las doce empiezan a desfilar sin recato, sin aplaudir y a la carrera dejando al pobre intérprete con la sensación de que empieza a aburrir. Desde que vi To be or not to be de Lubitch, no puedo dejar de acordarme del disgusto del actor al ver como alguien del públlico se levanta en sus propias narices…

En fin, que un año más me lo he pasado bien, he tenido ocasión de reencontrarme con mis amigos y he acumulado para el recuerdo buenos momentos… espero decir lo mismo enla edición 66…

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