Malabarismos…

Ya se que el chiste es fácil, pero esto de organizar una concentración de malabaristas en la capital de Euskadi con objeto de hacerla también capital del malabarismo suena a algo tan innecesario como redundante. ¡Bastantes malabaristas tenemos ya por aquí­! pensarán seguramente muchos de nuestros malabaristas locales, bien en su condición de ciudadanos en tránsito bien en su condición de ciudadanos permanentes.

Así­ lo pensará el más permanente de los ciudadanos, el alcalde, que se dirá a si mismo, que para malabarismos los que hace él para cuadrar el buen rollo de los suyos en el parlamento vasco con el mal rollo con Maroto en el propio. Claro que Maroto por otra parte también tiene que hacer malabarismos para lucir sonrisa y gesto desde la oposición después de un par de años de oposición estilo Belakortu. Este tambí­en lleva lo suyo, bastión del polo soberanista que se derrite y apoyo presupuestario de socialistas y nacionalistas no-soberanistas lo que le tiene en gran parte amarrado y fuera de juego. Los hombres y mujeres de EAJ llevan también su modelo acrobático de mantener en la alcaldí­a a quien mantiene a uno de los suyos en la no lejana sede foral, y Jose Navas que tal como tiene la casa propia, (en eso coincide con Belakortu), bastante malabarismos hace para seguir con las bolas en juego.

En el Parlamento Vasco, donde pulula un buen número de ciudadanos transeuntes tampoco andan carentes de hábiles malabaristas. Desde la persona presidenta hasta la última de las personas parlamentarias (los que escribimos tambien tenemos que hacer malabarismo antisexistas con las palabras), andan muchos haciendo malabarismos para reubicarse en la realidad real tras su paso por la virtual realidad de la campaña y sus promesas tanto positivas (vamos a hacer), como negativas (nunca haremos) incumplidas.

Un poco más adelante, en Ajuria Enea tampoco tienen tarea fácil. Hay que ser rápido e ingenioso para insistir en que no se es frentista, en que se viene a integrar y a ser dialogante y a no sé que cosas más mientras se va de forma sibilina llenando el paí­s de banderas bicolores de no demasiado buen recuerdo para muchos de los ciudadanos y ciudadanas del páis, y de muchos otros sí­mbolos del trabajo que se viene a hacer, españolizarlo en el único sentido en el que ellos, los españoles, saben hacerlo, despreciando la diversidad que dicen defender y apostando por la uniformidad y la extinción de la diferencia.

Pero no sólo los polí­ticos son malabaristas en Gasteiz. También lo son las sufridas personassinmás que llegan mes tras mes a final de mes después de pagarlo todo y a todos con lo poquito que les pagan a ellos. Hay tanta gente para cobrar por el camino que cuando les llega el turno la caja está agotada. Los autónomos hace también malabarismos para comer algo después de pagar modulos y haciendas y seguros y créditos que nadie les da pero todos les piden. Y malabarismos hacen los grandes industriales para que no se les note que cada dí­a sacan de bajo el colchón un fajo de los muchos que ganaron en mejores tiempos pasados y  siguen con su tren de vida. Eso sí­, al Davidoff le cambian la vitola por una de farias, que no hay que ir provocando y por lo mismo sacan el coche de la mujer, más modesto, que estos son de los que no hacen malabarismos anti sexistas…

En fin, que fijo que me dejo a muchos malabaristas, conductores, ciclistas y peatones incluidos, pero que se mire como se mire, para ser capital del malabarismo nos bastábamos sólos, eso sí­, todo apoyo, visita y escuela es, por supuesto, muy agradecido.

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