Mi amigo el panadero

Publicado en Diario de Noticias de ílava el 30 de junio de 2009

Mi amigo el panadero no va a coger vacaciones. A mí­ me las van a dar. Mi amigo el panadero es, entre otras cosas, una de mis conexiones con el mundo exterior. í‰l me trae la prensa y las novedades de la provincia y su capital. Charlamos del Alavés, de la maldita rotonda de Trespuentes y de la llegada de los veraneantes a los pintorescos pueblos del ílava profunda. Duro oficio a la vez que bonito trabajo el de este y otros muchos panaderos que van repartiendo pan, revistas, prensa y, aunque no sea su función fundamental, palabras que para algunos, sobre todo en invierno, son de los pocos sonidos humanos que perciben a lo largo del dí­a.

Así­ que como decí­a, mientras él aumentará sus ventas, yo me quedaré sin columna un par de meses, el tiempo que nos dejan para cargar las pilas y acumular letras con que columnar el curso que viene. Y es que parece que fue ayer cuando arranqué la temporada con un recuerdo para el amigo Caparrós y con un tirón de orejas para el poco mimo y cuidado con que el municipio trata a sus muertos. Afortunadamente no he tenido ocasión de hablar del cura porque no he prodigado mis paseos entre nichos y panteones a lo largo de este curso. Que siga así­ mucho tiempo. Pero hablando de vivos y de muertos, y dado mi gusto por los discursos circulares, o sea, por unir finales y principios me voy a permitir hilar fino y dejar sobre el papel mi última propuesta de la temporada.

Veamos. El ayuntamiento ha acogido favorablemente la solicitud de Ezker Batua de ofertar a los ciudadanos un lugar en el que celebrar funerales civiles. El ayuntamiento hace tiempo ya que celebra bodas civiles, y no es descartable que dada la creciente proporción de población laica y las ganas de festejar en general, que se reclamen laicas celebraciones para el nacimiento, la superación de la infancia, el fin de la adolescencia, divorcios, cambios de sexo y hasta por encontrar trabajo. Y digo yo que qué mejor sitio, más digno, más noble y más bonito para todo esto que el palacio Zulueta ahora abandonado. Y voy más allá. Para que no se quede el pobre palacio desangelado y pueda además servir como lugar de recepciones y demás pues dejamos en paz el parking de San Martí­n, que buen servicio hace, y construimos el nuevo ayuntamiento junto al palacio, en la parcela esa que sonó para auditorio y que lleva camino de ser un parque temático del matojo.

Mi amigo el panadero dice que estoy chalado. Puede que tenga razón. En todo caso tengo un par de meses para pensarlo”¦

 

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