Nostalgia esperanzada

Siempre que hablo de la república me asalta un curioso combinado de nostalgia, sentimiento de por sí­ melancólico y ligado a lo que fue, o pudo ser pero a lo que en todo caso no es, y esperanza, en tanto que ilusión de ver con los propios ojos los cambios y renacimientos con que uno sueña.

Es curioso también pensar en que en nuestro ideario la segunda república ya no es ni seguna ni una es LA república. Un momento histórico de esos que concitan ilusión, que afrontan de pronto muchos cambios, demasiados quizás. Es en cierto modo nuestra particular revolución francesa, y al igual que a ellos les surgió un emperador y luego una restauración como remate a nosotros nos nació un dictador y una larga travesí­a del desierto. Ambos cometieron el mismo error. No ser conscientes de que hay cosas que no se pueden parar, si acaso retrasar.

El caso es que aquí­ estamos hoy, camino de celebrar el ochenta aniversario de aquellas jornadas de abril y con demasiado poco aprendido de la experiencia. Somos súbditos de un rey. Mantenemos los mismos conflictos de articulación psico etno territorial, esto es, se nos quiere imponer a determinados ciudadanos una y sólo una manera de sentirnos y lógicamente no encajamos en esa españa que sigue siendo en lo cultural de pandereta y chiste con acento andaluz. Seguimos destinando gran parte de nuestras ayudas agrí­colas a parias de la tierra como la duquesa de alba, lo que indica que el tema de la tierra, su propiedad y su disfrute sigue sin avanzar demasiado. Contamos con una jerarquí­a eclesiástica que de ja como izquierdistas a algunos de los que sostuvieron el palio al caudillo, así­ de caverní­colas son. Y para colmo, lo más avanzado que se nos ocurre en la zona cultural es poner a una mamporrera de las elites “artí­sticas” a controlarnos esto de internet. Las mujeres cayendo diariamente ante maltratadores cuya edad nos descubre que el problema no está precisamente en ví­as de extinción. Los bancos y las grandes compañí­as forrados, las cajas cada dí­a más ajenas a sus declaraciones fundacionales. Los partidos demasiado ocupados en sus luchas intestinas o en sus exhibiciones escatológicas, pero en todo caso en sus propias guerras como casta. Los sindicatos más dóciles de la historia en la crisis que muchos definen como la madre de todas las crisis. Y así­ podrí­a seguir tiempo y tiempo hasta llegar a una misma conclusión,… otra república no sólo es posible, es necesaria, y si viene de la mano de una revolución pues mejor que mejor…

2 comentarios

  • el mal samaritano dice:

    Amén a ello;

    SALUD Y REPíšBLICA!!!

  • María Magain dice:

    Féliz 14 de Abril, salud y (re)pública. El objetivo que todos seamos ciudadanos con derechos y obligaciones sin ningún tipo de prejuicio, es para mí­ el primer “ladrillo” de una sociedad justa y democrática.

Leave a Comment

Límite de tiempo se agote. Por favor, recargar el CAPTCHA por favor.