Publicado en Diario de Noticias de ílava el 3 de Marzo de 2009
Mucho se ha hablado estos días y mucho se hablará los siguientes de los cien mil vascos que se han quedado mudos. Poco se ha hablado y poco se hablará de los más de mil quinientos que se han quedado más mudos aún. No han podido votar ni siquiera nulo. Son abstencionistas forzosos, espectadores pasivos y obligados de procesos que afectan a su futuro e interesan a su presente. Son esos más de mil quinientos ciudadanos empadronados en el enclave de Treviño.
Y es que está campaña ha pasado por Treviño sin parada ni fonda. Si acaso usando nuestras carreteras para ir de Vitoria a La Rioja Alavesa, a Peñacerrada, o a Ribabellosa. Pero ni una palabra de nosotros ni una palabra con nosotros. Bueno, miento, que no hay no meter a todos en el mismo saco. Aralar pasó el sábado por aquí, y por lo menos en lo que a mi Puebla se refiere, montaron su carpa en nuestra plaza y obsequiaron a niños y mayores con piruletas y preservativos, no sé en que orden. Y por seguir en esta misma línea de ser justo, también tuvimos otra visita, pero esta ya no fue en campaña sino en plena jornada de reflexión: Inestrillas y sus caballeros falangistas vinieron en autobús y escoltados a decirnos que somos castellanos y que como tales nuestro destino y obligación no es otro que salvar a la patria, a la suya en fondo y forma por supuesto. Estos por lo menos no vinieron a La Puebla. Estábamos muy ocupados con nuestros niños cantando el jueves de Lardero y en plena Euskal Jaia organizada para recibir a la Korrika Cultural.
Triste balance, con permiso de los chicos y chicas de Aralar, para unos ciudadanos que acostumbran a ver y oír el nombre de sus municipios en bocas de los que, como saben que no podemos votarles, se dedican a otros menesteres más provechosos para ellos. Se supone que así podrán seguir hablando de nosotros. Se entiende que así nosotros podremos seguir esperando la solución de ciertas cuestiones que afectan a nuestro futuro. Que no tendremos que mover un dedo, aunque luego nos reclamen eso mismo quienes aplican la nueva variante del despotismo ilustrado: todo por el pueblo pero sin La Puebla”¦ y sin el condado claro, que para eso somos republicanos.
En fin, que a la octava columna le han sobrado viandas con que obsequiar a visitantes en campaña. Mientras doy con ellas seguiré chupando mi piruleta mientras pienso en el sentido oculto que puede tener lo del preservativo teniendo en cuenta que, para algunas cosas, Treviño no deja de ser Euskadi, y ya se sabe que aqu픦
De la mar, el mero, y de Trebiño—¡ El Cordero! Tiempos de F.L.A y de U.D.A y de más cosas que fueron… Dicen que en Euskadi se inventó la Lidia, no me extraña, con tanto toreo de salón…
Gorantziak
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