Esperando a Grissom

En esto de Iruña Veleia, tengo asumida la costumbre de contar más allá de diez. Por discrección, por compromiso de discrección, por paciencia y hasta por educación. Hoy el grupo Vocento (que curioso, una vez más el grupio vocento), se hace eco del discurso de ingreso del “ilustre”, que no ilustrado, Señor Martí­n Almagro Gorbea, en el que vierte acusaciones de juzgado de guardia contra el equipo de Iruña Veleia y la veracidad de sus hallazgos. (Me da verguénza darle más pávulo, pero para saber bien de lo que hablo puede leerse el artí­culo completo en el correo digital) Lo que viene a continuación está escrito después de contar varias docenas de docenas, pero es que a veces uno no puede más.

Me encanta el CSI. Me encanta y me da casi como para hacer un ensayo, pero hoy solo voy a dedicarle unas lí­neas y de rebote. Hay a fecha de hoy tres ediciones del CSI, a mi me gusta por demás la de Las Vegas (igual tiene algún ví­nculo familiar), luego la de Nueva York y la de Miami me parece deleznable.

Pero decí­a yo que me encanta la de Las Vegas. Y si alguien hay que sobresale de los demás y marca el caracter a la serie ese no es otro que Grisson. En cierto modo se parece a Anguita. El uno con su programa y Grisson con sus pruebas. Grisson es todo un caballero ilustrado. Siempre aprende, es prudente, calla, y lanza esas geniales miradas cuando las pruebas le indican que va por mal camino. Al final sólo queda la verdad. Y la verdad es lo que ha pasado. El resto son motivos, razones. El resto es tarea para que la interpreten los psiquiatras, los sociólogos, los psicólogos, los antropólogos y hasta los jueces y los jurados. Su trabajo es buscar pruebas y comprobarlas. Si son ciertas, aunque sean paradójicas, es un buen trabajo. Las pruebas por tanto no sirven para apoyar una tesis previa, una hipótesis o un prejuicio. Las pruebas tienen vida propia e ignoran a academias y estereotí­pos. Las pruebas prueban que algo es así­ o que no es así­. Y luego alguien explicará por qué.

Los señores Almagro, Gorrotxategi y tantos otros, enfrascados como están en citarse los unos a los otros, en engordar su ya mórbidamente obeso, más que gordo, curriculum de publicaciones, no ven el CSI. Y si lo ven no lo entienden. Ellos hablan sin pruebas. Ellos desprecian las pruebas. Ellos ignoran las pruebas y son, por lo tanto, inquisitoriales fiscales, jueces parciales y sobre todo, supervivientes de sus propias miserias. Las ignoran porque son incapaces de molestarse ni siquiera en rebatirlas, ni siquiera en comprobarlas, ni siquiera en hacer las suyas propias para aunque sea auto certificarse. Les basta con su curricular ignorancia académica. Ya lo decí­a un grupete punkie del Alto Deba de los años ochenta…

¡Que podemos esperar de ignorantes con carrera!

Pues eso, que item más, que podemos esperar de ignorantes con doctorados.

3 comentarios

  • Carles dice:

    El señor Martin Almagro Gorbea es un grandisimo profesional cosa que no se puede decir de la pandilla de sinverguenzas que trabajan en Iruña Veleia.Y ahora han quedado en ridiculo ante todo el mundo.
    Pero es que la falsificación era tan clara,tan grotesca que aunque ellos no fueron los responsables de su fabricación si lo fueron empeñandose en defender lo indefendible.
    Solo espero que se investigue y se conozca quienes estan implicados en esta trama.Aunque las cabezas pensantes yo si tengo idea quienes son…Los amigos de Arrigorriagas,Union Jacks y ¿Como era?,Euzcadi no.Si,si que Euskalerria era ese termino empleado por los Carlistas,aquellos euskaldunes que cantaban aquello de que habia que liberar Euskalerria de rojos y separatistas.
    Lo peor de todo esto es que al estar implicado el cristianismo por un lado y el interes por una lengua preromana como el vasco por otro ha tenido amplia repercusion fuera de España.Ahora un cientifico andaluz,o un castellano,o un gallego o un catalan quedan comprometidos de cara al exterior como profesionales españoles por culpa de estos tipejos y quienes les instigaron

  • Pinttu dice:

    A estos í­nclitos especí­menes, volátiles sinsustancias de perifollo y rimbombancia patria alejada del pie de obra, les regalarí­a una canción popular que, en mis tiempos de parranda lúdica, se cantaba por doquier; ! Que no es lo mismo hablar, que darle teta al nene, que no es lo mismo hablar, que darle de mamar!
    Desde la luna no se puede oí­r al cuclillo montaraz, ya que uno se alela, con la música de las esferas. Callao está dicho.
    Sin más.
    Pinttu

  • FÍGARO dice:

    Los ignorantes esperamos ser iluminados con las prometidas conclusiones de la famosa comisión. Los rumores se acallan con información, no con contra-rumores. Seguramente y hasta entonces, un sano y prudente escepticismo (Por supuesto respetuoso) es la postura más sensata.

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