La productividad

Publicado en Diario de Noticias de ílava el 28 de octubre de 2008

Los agentes municipales, esos que antaño llevaban una bonita txapela y antes aún un curioso casco blanco que deja una marca indeleble en la memoria del que lo ha visto, y posiblemente también en la cabeza del que lo ha llevado, son noticia. Lo son por su despliegue por las calles de Vitoria ““ Gasteiz en versión peatonal, o sea a pie, y en modo lorquiano y benemérito, o sea por parejas.

Bien está que el propio consistorio predique con el ejemplo las lí­neas maestras de la Vitoria moviblemente sostenible o sosteniblemente movible y ponga a sus agentes a andar. Aunque todo sea por el clima de inseguridad, que como la crisis parece ser que es más una neurosis que una realidad preocupante. Aunque el germen de esa angustia esté más en las letras de los diarios y en las cafeterí­as, carnicerí­as, peluquerí­as o tiendas del pan que en las frí­as estadí­sticas.

Más preocupante resulta sin embargo que los propios veteranos desconfí­en de las capacidades resolutivas de sus compañeros novatos, y pidan que los chicos y las chicas vayan acompañados por agentes hábiles en el uso del talonario, y con la experiencia acumulada en años de atascos, carreras, espectáculos y sanciones varias. Aunque bien mirado tampoco es que sea para tanto. Los padres ya sabemos bien de periodos de adaptación en los que acompañamos a nuestros retoños hasta que dejan de ser estudiantes novatos y aprenden a capear solos a sus maixus. Además así­ pueden los chavales ir aprendiendo los truquillos del oficio y hasta ir conociendo a los dueños de los bares donde se almuerza.

Lo que ya me resulta más intranquilizador es que un cuerpo policial discuta sobre el plus de productividad, o más aún que lo tenga. Y no porque vaya yo a decir que los policí­as no son productivos, que lo son en muchas facetas de la vida, sino por las distorsiones y funcionamientos anómalos que puede ocasionar el criterio con el que la dicha productividad se mida, y consiguientemente se pague. ¿Más multas? ¿Más detenciones? ¿Y que pasa si nadie delinque, ni aparca en doble fila, ni corre más de la cuenta, ni bebe ni fuma ni anda con mujeres o con hombres? ¿Significa eso que son improductivos y deben cobrar menos? Y pecando de ingenuo digo yo si no serí­a más propio que la productividad se midiese exactamente por lo contrario, menos multas y menos delitos, y hasta menos atascos. Eso significarí­a que la policí­a prima su labor vigilante, educativa y preventiva, y no su calidad de notarios del error y cajeros del municipio.

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