O Juana Ciao

Hay que ver la poca mesura que tienen algunos para exprimir los temas o la paciencia que tiene otros para seguirlos. El caso es que todo esto del caso de juana empieza a resultar pesado. No seré yo quien diga que este tipo de personajes no resultan incluso molestos, pero en todo este asunto hay muchos puntos de hipocresí­a, de oportunismo y si se me apura hasta de paranoia, fijación, obsesión y hasta algo parecido a lo que podrí­amos llamar mobbing mediatico-polí­tico judicial.

Vayamos por partes. El tal individuo cometió una serie de crí­menes por los que fue detenido, juzgado y condenado. El tal individuo, igual que cualquier otro de los que dan trabajo a los expertos en “reclusos humanos”, aprovechó los beneficios penitenciarios a que la ley, la misma que le habí­a juzgado y condenado, le daba derecho, y de esta forma llegó un momento en el que su condena estaba cumplida. El tal individuo, como producto de la presión mediatico polí­tico judicial a la que antes nos referí­amos, fue sometido a un proceso de construcción de acusaciones que dieron con sus huesos en la carcel por tres años más y todo por escribir dos artí­culos de opinión. El tal individuo cumplió los tres años (aquí­ no ha habido ni beneficios ni dividendos), y al cabo de tres años, pues resulta que ha salido de la carcel. el tal individuo es de nuevo sometido a un extremadamente riguroso control y ahora hay que buscarlo y encontrarlo para que diga si ha escrito una carta o no. Si le queda algo de intelignecia dirá que no y asunto terminado.

Estoviene a ser una enumeración cuasi cronológica de hechos. Pero ahora veamos el asunto con otra perspectiva, la que nos da el creernos realmente que vivimos o aspiramos a vivir en una sociedad donde la ley es igual para todos.

¿Qué no está arrepentido? Bueno y qué. Tampoco he leido en sitio alguno el arrepentimiento de Vera, el de Barionuevo, el de Galindo, el de Tejero o el de Milán, por decir algunos. Y estos son conocidos. Pero hay mucho ex-recluso por la calle que seguramente no se arrepiente de haber robado un coche, atracado una tienda o asaltado a un transeunte. El número de reincidentes viene a avalar esta tesis.

¿que no se qué beneficio penitenciario de hace no se cuantos años igual tuvo algo de fraudulento? bien. Hagase una auditorí­a de todos y cada uno de esos beneficios para todos y cada uno de los reclusos, y sanciónese a los estafadores y a quienes les permitieron o facilitaron las estafas. Pero a todos. A Mario Conde también.

¿Que sigue teniendo intención de participar en actos polí­ticos, y hasta colaborar con un partido legal y con presencia institucional como el Sinn Fein? Bueno, que yo sepa no está inhabilitado ni pesa sobre él a fecha de hoy restricción mayor que sobre cualquier otro ciudadano.

¿Que escribió o dejó de escribir una carta para su homenaje? Pues bien, que la lea y le aproveche, y cuanto menos sepa de este individuo y de muchos otros como él mejor que mejor.

En definitiva. Que las contradicciones las carga el diablo. Porque si este individuo no es un preso polí­tico, sino un criminal más, pues trateselé como tal, como un ciudadano más al que se detiene en caso de que cometa algún delito, pero no queramos convertir la sociedad en un colectivo destinado a vigilar de forma obsesiva a determinados ciudadanos. Y si aspiramos a que impere la justicia, no nos dejemos llevar por lágrimas, inquinas, rencores o venganzas. Para tipificar los delitos están los códigos, y no las portadas de los periódicos, las ondas radiofónicas de los impertinentes (alguno por cierto reincidente y sin arrepentimiento alguno), o los programas de sucesos.

2 comentarios

  • María Magain dice:

    y lo más normal es que hable, escriba con la gente y en los medios que comparten sus ideas, y lo haga libremente, es sano que sea así­, mientras no cometa delitos tiene los mismos derechos que cualquier otro ciudadano. Pero lo que me preocupa es que a veces el miedo , o los réditos polí­ticos,
    llevan a los polí­ticos a intentar cambiar las leyes, lo hemos podido observar en muchos paí­ses y gobiernos de todos los colores. Pienso que es un debate profundo, ¿los ciudadanos saben que en momentos de crisis, terror, etc, el primer movimiento de ficha de los polí­ticos es disminuir la libertad de la gente argumentando una mayor seguridad?

  • María Magain dice:

    Cuando una persona ha pagado su deuda con la sociedad debe integrarse en la sociedad,

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