Vamos de excursión

La música amansa a las fieras y a la música es, además de todo, una excusa para conocer y conocerse. El festival de Jazz de Vitoria da la oportunidad de reencontrarse todos los años con viejos amigos, con muchos a los que hace tiempo que no ves, pero que viven por aquí­, y con otros que no viven por aquí­, pero a los que mi señor padre embarcó en una especie de cuadrilla que año tras año ha extendido sus tentáculos fuera de Mendizorroza y, entre otras cosas, nos impone a los Vegas la obligación de organizar una jornada gastronómico cultural por los rincones del solar alavés (nosotros incluimos a Treviño a pesar de la nueva imagen del gobierno foral).

Guillermo, Xabier, Urbano, Lourdes y el SeíƒÂ±or VegasAsí­ que este año, nos centramos en Labraza. Motivos los habí­a de sobra, así­ que para allí­ nos fuimos Lourdes y Guillermo, nuestro buenos amigos “castellanos” de Guadalajara, Xabier, nuestro amic catalán, el señor Vegas y un servidor. Este año nos falló el amigo Ormazabal, pero es que no es lo mismo un miércoles que un sábado, y de cuando en vez es antes la obligación que la devoción.

Nos atendió en Labraza el í­nclito Urbano, uno de esos personajes que merece la pena conocer. Nos enseñó con mimo la iglesia con todos sus tesoros y dependencias; nos mostró su bodega; nos obsequió con un vino dulce, de olor a bodega, pero aromatizado con nueces y endulzado; nos guió por el pueblo descubriéndonos sus trazados, sus casas, sus murallas y rincones; nos bajó hasta la fuente del moro, nos llevó por el paseo de las murallas; nos regaló algunos versos y aderezó la visita con su experiencia y simpatí­a. Nosotros le compramos algunos ejemplares de su libro de poemas y partimos rumbo de Barriobusto. El que no conozca Labraza que piense en lo que se pierde, y que no crea que por no saberlo se pierde menos.

En Barriobusto visitamos uan bodega, compramos el vino de rigor, y con un par de preámbulos en forma de aperitivo nos acercamos, previo paso por Armiñón hasta Estavillo, donde, allí­ al fondo, comimos muy pero que muy bien en uno de estos sitios que uno no descubre hasta que llega a él, El Viso.

Hoy nos veremos todos de nuevo, y compartiremos Jazz como ayer compartimos sobremesa. Nuestros amigos volverán el año que viene, ellos saben que este Festival es algo más que Jazz, y ellos empiezan a conocer de nuestro Araba más que muchos de nuestros paisanos. Y es que a veces es bueno dejarse de dejarse ver y dediacrse por un ratico a ver y a conocer… 

Leave a Comment

Límite de tiempo se agote. Por favor, recargar el CAPTCHA por favor.