El imperio del cemento

Se mire como se mire nos gobiernan. No es la banca. Ni las petroleras. No. Son las cementeras. Sin que nos enteremos van, poco a poco, colmatando nuestro territorio de cemento. Nosotros preocupados en cimentar un futuro y ellos ocupados en cementar el presente. Sólo que el cemento es duro, muy duro, y más aún cuando entierra junto a sí­ toneladas de ferralla.

Los tiempos aquellos del operario armado de pico pala y carretilla están condenados a la desaparición. Al tren que vamos para cualquier obra menor será necesaria la intervención de una brigada de artificieros, de enormes perforadoras y de equipos especializados armados de sus amoladoras o rotaflex, que es como las llaman normalmente.

Da lo mismo que hables de general álva que del puerto de pasajes que de la presa que nada apresa de noryeste. Al final siempre se arreglan las cosas con el mismo material… el cemento. Como hace años hací­amos con alambre y cinta aislante y a fecha de hoy con siliconas varias…

Un material doméstico simple y en apariencia barato, pero metro cúbico a metro cúbico algunos están forjando un paí­s en el que nada pueda moverse. Un paí­s encofrado. Una realidad armada y nada flexible. De adobe ya lo único que nos queda es el photoshop, y cada vez resulta más dificil mirar sin ver por algún sitio el rastro del cemento.

Una curiosa paradoja, arrancamos a la tierra su roca para hacerla roca…

1 comentario

  • María Magain dice:

    ..por eso cuando quitan tierra y flores para poner cemento , se me ponen los pelos como garfias, y además defendiendo que es lo moderno, y lo otro está pasado, cambiar lo variable por lo duradero. Ahora es más importante la maceta que la planta. Tiene gracia.Hagamos de nuestra sociedad un gran tiesto, vací­o..

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