Presos con fronteras

Primero fueron criterios medioambientales. Cosa que es importante defender cuando de presos se trata. Hoy sin embargo hablamos de fronteras, cosa igualmente relevante cuando se habla de penales. Salhaketa denuncia que la carcel que se proyecta en Nanclares tendrá capacidad para 2.700 reclusos o más cuando ílava sólo produce unos 400 presos al año y un dí­a.

Los que han crecido en pueblos, o los que nos hemos acercado a ellos ya crecidos pero con ganas de preguntar y de escuchar, hemos tenido conocimiento de “la carcel”. Una habitación o poco más, que generalmente compartí­a espacio con otras dependencias municipales. Era destino habitual de los más truhancillos del lugar que purgaban sus trastadas y sus borracheras, y más ocasionalmente de delincuentes de paso camino de un penal a otro, o de recién estrenada carne de penal que esperaba la llegada de los que le llevarí­an ante el juez.

Podrí­amos, puestos a ligar presos, territorios y tamaño de las cárceles poner de nuevo en boga este sistema. Pero podrí­amos también, bromas aparte, y más teniendo en cuenta lo importante del asunto, hacernos una serie de preguntas.

¿Deben exsistir las cárceles? Posiblemente si, posiblemente no quede otro remedio. Pero en ese caso, ¿Qué deberí­a ser una carcel? ¿Para qué deberí­a servir?. Posiblemente también deberí­a ser un elemento de seguridad social. Es decir, algo que evite la presencia entre la sociedad de elementos que pueden causar daño o ser perjudiciales. En esa lí­nea deberí­a servir para conseguir que esos individuos retornen a la sociedad una vez certificada su carencia de peligrosidad. Dicho esto, cabe una nueva baterí­a de preguntas. ¿Qué son realmente las cárceles? ¿Para que sirven? Y aquí­ yo creo que la respuesta es descorazonadora. Las cárceles son almacenes de carne humana, en mejores o peores condiciones, y sirven, básicamente, para alimentar venganzas personales y sociales, para incrementar la formación y contactos de los delincuentes en el campo de la delincuencia, y para destruir la vida de los que en su dí­a cometieron un error que posiblemente nunca más volverí­an a cometer. Se condena como castigo, no como prevención ante nuevos delitos, y cada vez son más los delitos que se castigan.

Así­ que vistas las preguntas y las respuestas, como ya escribí­ en su dí­a, el tamaño no importa, y las fronteras, añado hoy, tampoco.

1 comentario

  • Reyna Magnolia Lopez Salazar dice:

    me gustaria saber si el señor JOSE ANTONIO LOPEZ SALAZAR se encuentra preso en una de las carceles de las vegas.

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