Pasivos

El concejal de casi todo, Peio Lopez de Munain, anda trabajando un borrador sobre el asunto este de los animales, y como parece ser que ha trascendido la posibilidad de que en su contenido figure entre otras cosas la posibilidad de prohibir la entrada de animales en bares, restaurantes y tiendas de alimentación, los colectivos de animales defensores de otros animales han puesto el grito en el cielo.

Es sabido que no soy muy partidario de prohibir. Así­ que, por pura coherencia y aún en este caso, aún no teniendo más mascota que mis hijos, y no gustándome la presencia de las mascotas ajenas, diré que no me parece bien la prohibición así­ en genérico. Bueno, en las tiendas de alimentación si. Pero en los bares y restaurantes no.

Tampoco soy partidario de la prohibición del tabaco, ni de otras cosas. Pero tampoco me parece mal que existan locales “especializados” para que cada uno podamos elegir donde tomamos nuestros potes y en compañí­a de quien. Porque de igual forma que a los fumadores se nos acusa de sembrar por doquier y sin cuidado alguno nuestros malos humos para perjuicio de los fumadores pasivos, me temo que soy de los que denuncia la alegrí­a con que algunos se desentienden de sus mascotas y de sus niños y nos convierten al resto de los parroquianos en aitas pasivos o en pasivos dueños de animales.

Y los niños son muy majos, y los perros muy cariñosos. Pues que los atiendan y disfruten sin que sean una plasta para el resto. Y si lo son también para ellos, que no nos lo hagan pagar a los pasivos sufridores.

Así­ que lo dicho. Bares identificados como libres de niños, niñas, gatos, jilgueros y perros y en los que se pueda fumar, que algunos somos muy raros… Y el que guste de tomar cafés en ludotecas o zoológicos que disfrute a gusto, y a ser posible sin malos humos y con decibelios exclusivamente infantiles o animales…

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