La Unión

Hay gente en la vida que se merece un homenaje. No sé si una estatua, pero si un homenaje. Y suele ser gente de esa que todo el mundo coincide en señalar como buena gente. Y suele ser además gente trabajadora. Y ya para dar más detalles suele ser gente que incorpora a su ropa de trabajo la sonrisa.

Muchos dí­as a uno le vienen las crí­ticas, la rabia o las ganas de denunciar. Pero otros, uno no debe renunciar a agradecer y reconocer, y a hablar de aquellos que se lo merecen.

Hay en Vitoria – Gasteiz, en uno de los laterales de su Plaza nueva, de la que hizo nueva Olaguibel y sigue siendo nueva siglos más tarde, un bar no muy grande. Un bar que se llama La Unión. No voy a decir aquello de que no se trata de hacer propaganda, porque lo justo es hacérsela a quien se lo merece. Es un bar a la antigua usanza. Ese tipo de bar que es como una prolongación del hogar, donde te sientes conocido, donde te sientes más uno que uno más. Y además mima sus pinchos y sus ofertas de temporada (gazpachitos, calditos, cremitas y demás viandas).

Tienen detalles que te llegan al corazoncito, y que te enseñan como se puede trabajar en hostelerí­a, cobrar lo razonable y ganarse a la clientela. Y además hacerlo sin matarse a trabajar, guardando el tiempo suficiente para que la propia vida siga su curso y el bar no se convierta en carcel para el que lo trabaja. Uno de estos detalles lo “sufrí­” yo ayer. Como muchos cientos y puede que hasta miles de Gasteiztarras. Entras, pides, bueno , ni pides porque suelen saber lo que tomas, y y de pronto empieza a sonar el Zorionak de Casiano al tiempo que se acercan todos a saludarte. Ya ve usted, cada mañana repasan el calendario y esperan pacientemente a que el cumpleañante aparezca por la puerta.

En fin, lo dicho, Mila Esker, muchas gracias no por mi, sino por demostrar que sigue existiendo gente así­.

4 comentarios

  • María dice:

    Con los años, pienso, me cuesta cada vez más salir de casa.
    En la primera juventud lo estupendo era no entrar … pero los años nos vuelve perezosos, y cuando se llega a casa después de un dí­a agotador el único deseo que tengo es: permanecer en ella. Recuerdo un compañero de instituto que siempre iba a clase con las zapatillas de casa, en aquel momento me pareció una extravagancia, pero ahora me doy cuenta que aunque no salgo a la calle en zapatillas (tengo unas de lana que parece que vas descalza, no muy apropiadas para pasear), me gusta charlar con el kioskero,
    el panadero, y tomarme un café en el bar que está enfrente de mi portal, con una entretenida familiaridad. Siempre voy muy bien calzada con mis botas de piel vuelta,( tal vez algo cursis), sin prisa, acompañada de una cálida rutina que
    convierte todos los lugares que visito en el salón de mi casa,
    y todas estas amabilí­simas personas, en parte de mi familia.
    Me alegro de que tengas un lugar que te haga sentir como en tu casa, (o tal vez pueda ser en realidad tu casa)

  • Gurutze dice:

    Me uno y sumo a tu comentario Jabier. Una del Alto Deba que lleva unos cuantos años en Vitoria-Gasteiz descubrió hace unos pocos, y casi de carambola, ese bar La Unión que haciendo honor a su nombre nos une a todos los que entramos sin tener en cuenta ni clase ni condición. Si en su dí­a Pí­o Baroja, que era un tipo muy raro, ya lo cita en su obra El Cura de Monleón, a nosotros no nos queda otra que seguir entrado para recibir además de una buena atención mucho cariño. Gracias a “La Unión” de los de “La Unión”.

  • javier vegas dice:

    yo no lo hubiese dicho mejor

    muchas zenkius

  • Pinttu dice:

    Si en un partido polí­tico , congregación o colectivo social actuaran como en la Unión, todo serí­a más fácil, fraternal y solidario… La gente reconoce los detalles y ” la casta” … , sunque ha algunos no se les meta en la mollera que estas actuaciones son de lo más rentable, a todos los niveles, ma todos los efectos. ¡ Esto si que son HUMANIDADES! ¡ Hasta el Corte Ingés es más cortés que algunos colectivos pues, si compras algún dí­a un objeto o cualquier cosa te cojen los datos y cuando cumples los años te felicitan. No hay detalles en este mundo a veces hipócrita y falso por las personas que debieran SOLAMENTE, QUEDAR BIEN. Mira javier, no te leí­a yo estas cosas de este blog, pero me ha gustado que te sientas afectado por la amabilidad y por la gente del pueblo, sana, humilde, trabajadora y JATORRA- este adjetivo tan vasco y tan poco dado por los que se llaman abertzales de izquierdas y revolucionarios, pues no hay más revolucionario que el que ama a los demás, se empata y sufre con el que sufre. El que desea LA LIBERTAD PARA LOS DEMíS, NO Sí“LO PARA í‰L. EL QUE LUCHA Y TRABAJA CON EL PUEBLO DESDE EL PUEBLO, NO DESDE EL PULPITO.
    Quizá te haya metido una chapa pinttuniana Jabi, pero así­ veo la vida, solucionando problemas, no de pico, sino de pala y esto viene a lo antes citado de humildad, trabajo, cariño politico, ternura social que llevo promulgando desde hace años pero que a la gente le trae al pairo, menos a lla gente como los de la Unión, claro,,, Los hijos de bareros y bareros que hemos sido, tenemos muchas horas de psicologí­a práctica, más que algunos estudiosos con carreras y diplomas; los que dicen que han estudiado mucho, pero que resulta, no han aprendido nada.
    Para psicólogos los bareros-por lo menos los de antes y por lo visto algunos tradicionales de ahora-.
    Ya se sabe, LA UNIí“N HACE LA FUERZA y amigos y correligionarios y a los hechos me remito.
    ZORIONAK TIO.
    Pinttu.

Leave a Comment

Límite de tiempo se agote. Por favor, recargar el CAPTCHA por favor.