Que paí­s, que continente, que siglo!

Se sabe que muchos discursos, me refiero básicamente a discursos polí­ticos, se preparan más como sucesión de “cortes” o titulares envueltos en palabrerí­a que como auténticos discursos argumentales. Es un poco como la programación. La palabrerí­a, el bullshitting que dicen los anglosajones, es apenas una amalgama cuya prinicipal misión es resultar tan anodina que el titular, la frase brillante resalte aún más de su contexto.

Pero es que lo más triste es que ni siquiera esta frase brillante lo es muy a menudo, al menos, inisisto en lo que a su contenido polí­tico deliberado se refiere. ¿Y por qué digo deliberado? Porque a menudo son tan torpes, y las palabras las garga el diablo que estas “ocurrencias” esconden más verdades de las que ellos mismos son conscientes. Serí­an incluso dignas de ser estudiadas al modo que se estudian los lapsus verbales, como traidores exponentes de las intenciones ocultas y de los pensamientos no expresados o no expresables.

En cualquier caso, uno no sabe si semejantes brillanteces procedene del propio lider en primera persona, y deben por tanto ser aplaudidas, jaleadas y repetidas una y mil veces, o directamente vienen de alguno de los pelotas que habitan las esferas del poder, previa caida en gracia de su jefe o el aplauso unánime del resto de pelotas. Mal asunto en cualquier caso.

Viene todo esto al corte que resume la respuesta de Zapatero al discurso de Ibarretxe del viernes pasado. “Ibarretxe se equivoca de paí­s, de continente y de siglo”. Y se queda tan ancho. y hasta sonrí­e mientras sus fieles aplauden a rabiar y rien mirándose los unos a los otros.

Pero analicemos. Tengo la impresión de que el que vive equivocado en cuanto a lo del páis y esas cosas es Zapatero. El cree que tiene uno donde no lo tiene porque no existe. Y no existe porque no hay forma de convencer a todos los ciudadanos que lo pueblan de que existe. En cuanto al continente, no se muy bien a que se refiere. Igual hace alusión a que Escocia, por poner un ejemplo, está en una isla. Pero ejemplos de mayor visión democrática del asunto los hay a menudo en Europa. Por último, y lo más preocupante, es lo del siglo.

¿Resultará ahora que ZP es posmoderno y piensa que la historia se acabó y que no hay mas que hacer que gestionar las cosas como están? ¿Tendrán razón quienes afirman que esto de la democracia es un cuento chino y que según se asientan la transnacionalización económico financiera, se perfeccionana los aparatos de poder y el control empresarial de la información y los medios hay cada vez menos que hacer? Pero es que aunque así­ fuera no nos hemos equivocado de siglo. Nadie se equivoca de siglo, se limita a vivir en él.

En conclusión. Si por hacer una pregunta, que yo cada vez tengo más claro que prefiero que no tenga validez legal pero si moral, uno se equivoca de todo y es puesto como tonto iluminado caido por azar del tunel del tiempo y del espacio, pues igual lo que hay que hacer es buscar la mí­tica puerta y pasarse a un mundo paralelo, y dejar este precisamente para lelos.

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