Una buena y una mala…

Mi amigo Luis Lejarreta, vivo siempre en el recuerdo de quienes le conocimos, era un auténtico fanático de las variantes del chiste de las dos noticias. Uno de ellos, por las veces que lo repertí­a y por la risa incontenible con que lo terminaba siempre, deberí­a figurar en su epitafio. Era el famoso del capataz que anuncia a los remeros del trirreme de Cesar dos noticias una buena y una mala. Diga la buena, gritan todos. Que ha venido el cesar, respondí­a él. Diga la mala. Que viene a hacer esquí­ naútico.

Bueno, pues un dí­a como hoy tengo también dos noticias una buena y una mala.

Diga la buena!!

Ha nacido un periódico. Y por qué es bueno. Por que abre un flanco de luz, porque viene a romper en el estado el monopolio de la razón “progre”, que no progresista que hasta ahora acaparaba el paí­s. Porque en un estado tan monocorde y en ciertos temas tan desinformado, todo lo que sea información plural es bueno, y si además contribuye a apoyar a ciudadnos informados y sensatos, ecuánimes pero comprometidos, bienvenido sea. El diario en cuestión se llama Público, y tiene también su versión on-line: publico.es.

Por cierto, que confiaba poder leer la columna que Javier Ortiz, uno de los mejores y más veteranos opinadores de la red, además de otras cosas ha anunciado que firmará a diario. Pero una de dos, o no la encuentro en la versión on-line o no viene.

Pero esta no es la mala noticia. La mala es que al igual que un periódico hoy ha nacido un partido “polí­tico” (??). El nombre es que no quiero ni recordarlo, pero sus inconsistencias no puedo eludirlas ni callarlas. Me refiero, como supongo será fácil de adivinar, al txiringito de Rosita la fantástica y Sabater el emérito. Y van, y en compañí­a de amigos, dan a luz un partido nacional español para luchar contra el nacionalismo. Eso si que es una parida y lo demás juegos florales, porque el enunciado es ni más ni menos que la descripción de un suicidio. Claro que como no podí­a ser tanfácil pronto descubrimos que de lo que se trata es de destruir los nacionalismos periféricos a mayor gloria de la nación española. Recuperar educación, cultura, vivienda y que se yo cuantas competencias más para culminar la obra uniformizadora del XIX y del franquismo. ¡Y vienen de la izquierda y se proclaman intelectuales!

En fin, que no hay nada más triste que creerse Platón y no poder pasar de ser un triste, equivocado, desorientado y mediocre émulo de Eco. A Fernando le vendrí­a mejor clavarse en la frente aquello de Zapatero a tus zapatos (con perdón de la expresión), que deciarse a releer a Platón. Aunque igual el error no es este último, sino el de pensar que el sabio filósofo es él.

2 comentarios

  • javier vegas dice:

    Mila esker Luistxo, es bueno saberlo. Lo que me ha extrañado es que con el valor que en todos los sentidos da publico a la firma de javier, no sea más visible en la web, vamos, cosas de usabilidad aplicada. Claro que igual prefieren que la gente compre el periódico, todo pueda ser…

    Lo dicho, mila esker

  • Luistxo dice:

    No hace falta que visites el web de Público para seguir lo de Ortiz online. De hecho, en Javierortiz.net saldrá todos los dí­as la columna, con una coda o apostilla añadida que no se leerá ni en el papel, ni en la versión blog-copia de Publico.es

    Y además Ortiz ha abierto comentarios en su blog, hasta ahora cerrados.

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