El engaño del multipolio

Se nos vende siempre que los monopolios, especialmente cuando son estatales, deben ser eliminados. Que la libre competencia nos beneficiará como clientes porque mejorará la gestión y se abaratarán los precios. Que es malo estar presa de una sola oferta. Y es mentira, una de las mayores mentiras de nuestros tiempos.

En mis apuntes he hablado de esta cuestión refiriéndome a la telefoní­a, a las eléctricas, a las petroleras, a la banca y no recuerdo a que sectores más. Hoy le toca a la televisión.

Yo tuve la fortuna de tener montado en casa un audí­metro durante unos cuantos años. Y era un poco pesado, pero era gratificante sentirte con el poder de castigar a las cadenás que nos desprecian como espectadores y nos tratan únicamente como mercancí­a para sus verdaderos clientes, los anunciantes. Dí­as como ayer eché de menos el aparato.

Me refiero a la práctica habitual de las cadenas de anunciar a bombo y platillo una de sus producciones estrella, un dí­a y a una hora determinada, para, llegado el dí­a, y si el programador observa que otra cadena tiene un evento con buen share, entretenernos con programas de relleno y anuncios retrasando el “estreno” de su producto estrella. Eso es lo que pasó anoche con House en la Cuarta, y con el partido del Eurobasquet en la Sexta. Anunciado para las 22:00, el capí­tulo empezó prácticamente 45 minutos más tarde. Pero no es un caso aislado. Los seguidores del CSI en la Cinco, lo hemos sufrido a menudo con interminables emisiones de cámara café esperando que acabase el partido de turno.

Y esque volviendo a la cuestión inicial de los monopolios, uno soñaba que, al llegar la multiplicidad de la oferta televisiva, si no te apetece ver futbol puedes ver otro programa, si no te gustan los culebrones puedes ver otra cosa, o incluso, si eres isomne y te aburren los programas timo-concurso o las teletiendas podrí­as ver otra cosa. Pero no. En eso se ponen todos de acuerdo para venderte al anunciante. Y si alguien tiene algo mejor, no buscan su nicho de mercado, te retienen de forma tramposa hasta que pueden venderte.

En fin, que yo para esto me quedo con lo de la única alternativa del UHF, y el mando a distancia humano que era el peqeuño de la casa. Mi dedo gordo lo agradecerí­a y mi autoestima como espectador también.

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