El pirómano

Anda Vitoria agitada. Hay un pirómano. A mi, cuando oigo hablar de pirómanos siempre me viene a la cabeza el chiste aquel que creo haber oido por primera vez al í­nclito Eugenio. Es aquel que dice aquello de… padre me confieso de que soy un pirómano, a lo que el pater mientras sale corriendo del confesionario apagándose la sotana contesta, un pirómano, tu lo que eres es un h…

Bromas aparte, porque el tema este del fuego se las trae, lo cierto es que en Gasteiz el fuego está de moda.

Al nuevo equipo de gobierno municipal le ha entrado la resposabilidad del bombero y ha conseguido evitar que quemen a Celedón. Para una vez que í­bamos a ver las fallas en agosto y en Vitoria, no va a poder ser. Todo sea por el compromiso de Kyoto y la reducción de emisiones.

Al nuevo equipo de dirección de la policí­a municipal le trae de cabeza uno que no la tiene o la usa mal y se dedica el fin de semana a quemar coches ajenos como quien va comiendo pipas y tirando las cáscaras al suelo. Claro, que la población se siente más tranquila, especialmente los afectados, desde que saben que no son actos de Kale Borroka. Así­, en lugar de ser ví­ctimas de un atentado polí­tico se pueden sumar al pater del chiste y decir tranquilamente aquello… tu no eres un pirómano, eres un h…

En fin, que entre coches particulares quemados por un pirómano común, coches municipales o de otros enemigos de la patria como telefónica y alguno más quemados por pirómanos polí­ticos, residencias de ancianos quemadas por accidente, contenedores quemados por pirómanos polí­tico comunes de fin de semana, cajeros quemados como paso previo a la inevitable toma del poder por el proletariado, vamos, que uno da por asumido que nuestra lucha contra el cambio climático es inútil. Así­ que nada, a coger el jersey y el pantalón largo y a dar un paseo por ahí­, que estamos en Julio, aunque no lo parezca.

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