Algo se mueve en Araba…

…cuando un amigo se va.

Ser buena persona en polí­tica no es suficiente, y menos aún cuando uno se va. La bonhomí­a de Rabanera será posiblemente echada en falta en esta legislatura que comienza, pero su ausencia ni puede ni debe ocultar unos años de gestión cuyo balance no es en absoluto positivo para la provincia. Y eso a pesar de que hayan ganado. Por menos de 200 votos, pero han ganado. Otra cosa es que mantengan el gobierno foral.

Las elecciones en Araba arrojan un porvenir chocante, curioso, pero con una serie de cuestiones sobre las que merece la pena detenerse.

Lo primero que llama la atención a priori, esto es, antes de ver los resultados, es la proliferación de candidaturas independientes e “independientes” (20 candidturas para 51 municipios, o 22 para 53 si contamos con el enclave de Treviño). Lo del entrecomillado es porque a algunas se les ve bastante el plumero, pero eso es harina de otro costal. Pero llama aún más la atención que 18 de las 20 (20 de las 22 con el enclave) hayan obtenido representación; que en tres casos hayan sido las más votadas (cuatro si contamos a Argantzun) y que en cuatro más hayan conseguido mayorí­a absoluta. Y precisamente ese es el segundo tema que llama la atención.

19 municipios alaveses arrojan un resultado del que desaparece la mayorí­a absoluta, digamos 21 si sumamos los dos del enclave. Pero si en la legislatura anterior Iruña de Oca era un ejemplo de caos por la atomización de la representación municipal, en esta ocasión se le suman ayuntamientos como Dulantzi, Asparrena, Zigoitia, Zuya, etc. en los que coexisten más de cuatro grupos con representación en el ayuntamiento.

El Partido Popular pierde la mayorí­a absoluta en dos de sus apuestas estratégicas en la Rioja. De hecho pierde representación en 6 municipios riojanos. Lo que me mueve a una reflexión, y es la manera en que hace años enfocó el PNV la polí­tica municipal a nivel de territorio y la manera en la que el PP lo ha venido haciendo, que es en cierto modo la misma. En ambos casos se trató más de comprar lealtades que de ganarse confianzas y sintoní­as ideológicas. Y claro, el que compra sabe que cuando se le acabe el crédito otro vendrá que perricas tendrá. En todo caso, una reforma definitiva del sistema de financiación municipal que evite este trasiego de favores a costa del erario público se impone como medio de garantizar cierta “honestidad” electoral.

Tampoco vamos a ir municipio a municipio, ni partido a partido. Llaman la atención, eso sí­, los resultados de Agurain. Iñaki Beraza es un superviviente. Pero no es uno de esos que sobrevive con cierto agobio. No. Después de 20 años, de sus “crisis de identidad”, presentándose en una situacióon cuando menos confusa… arrasa. Aún cuando la candidatura de ANV se hubiese presentado, cosa que le acarreará más de un disgusto a lo largo de la legislatura, hubiese obtenido mayorí­a absoluta. Y es, de los mayores municipios de la provincia, el único que lo consigue. Algo tendrá el agua cuando la bendicen. Dentro de esta categorí­a de los eternos ganadores tampoco podemos olvidarnos del hombre que lleva el cargo en el apellido, y de nombre Andrés, que vuelve, una vez más a gobernar tranquilamente en Okondo.

El PSE, está aplicando en Araba la técnica de la gota malaya, y poco a poco, elección a elección , va ganando presencia en ayuntamientos y aumentando su número de concejales. Caso distinto de Esker Batua a quien en el territorio la coalición que no lo era le ha salido fráncamente cara, tanto en ayuntamientos como especialmente en las juntas generales. Y es con esto que llegamos a las conclusiones.

A las fuerzas nacionalistas, tradicionales dominadores del territorio ayende Gasteiz, se les está escapando un pequeño detalle o dos. Y no es otro que el creciente trasvase de población urbanita desde la capital. el exilio económico que podrí­amos decir. Y esa población, ajena a la polí­tica de familias, al caciqueo y maniqueismo rural, demanda servicios y arrastra las mismas preferencias de voto que tuvo en la capital.

A todas las fuerzas en general se les escapa esa misma tendencia que tienen los electores a, ajenos a las grandes luchas polí­ticas y a los intereses partidistas, buscar soluciones cercanas para problemas diarios, cotidianos y desde el punto de vista de la gran polí­tica, de la polí­tica con mayúsculas, incluso banales o intrascedentes. Y de ahí­ nacen las candidaturas independientes, y de ahí­ se producen los vuelcos en base a la persona que realmente tiene credibilidad se presente con quien se presente.

Pero no todo es oro en este refulgir de plataformas. Decí­an hoy portavoces ecologistas (?) que la derrota de algunos partidos en ciertos ayuntamientos se debí­a a cosas como su nula preocupaciónn ambiental, su apuesta por grandes proyectos insostenibles, su cerrazón al debate popular, y que se yo cuantas cosas y maldades más. Pues lo siento si alguien se siente tentado de ir por ahí­ para cubrir sus derrotas. El progreso es el progreso y la vida que llevamos tiene un precio. Lo más fácil es decir que no. Lo más difí­cil es mantenerse firme en apuestas razonables y ser conscientes de que hay colecctivos, incluso colectivos individuales, con quienes es imposible negociar, siempre dirán que no. En casos como el del TAV no se trata del itinerario, ni de la movilidad, ni de los horarios, ni de nada de nada. Pongas el que pongas dirán siempre que no. Y lo dirán a eso y a lo que sea. Y si se le ocurre a alguien algo mejor, no hay que preocuparse, la respuesta será no.

En fin, que bienvenidos sean a las esparsidas tierras alavesas estos nuevos ciudadanos con sus decisiones y con sus cambios. A ver si entre todos conseguimos hacer realidad una utopí­a, que ílava deje de ser el segundo anillo verde de Vitoria.

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