Se consumó el absurdo.

Anuncian los medios on-line, con su habitual velocidad, que finalmente se ha consumado uno de los más monumentales monumentos al absurdo. Para rizar el rizo, no coinciden ni ellos mismos. Así­, mientras el Fiscal general del Estado (o sea , el que acusa, el malo  para entendernos) ha impugnado 110 listas de ANV, el abogado general del estado (o sea el que defiende, el bueno) ha impugnado 122. Esperemos al menos que en las primeras 110 coincida con su adversario para evitar mayores ridí­culos.

Ya hablé hace un par de dí­as del sentido común, bueno de su ausencia, pero es que esto ya raya lo patológico. Esto es lo más parecido que he visto a la santa inquisiciónn desde hace tiempo. Y valga el parecido tanto en lo arbitrario de la decisión como en lo paranoide del procedimiento, como en lo absurdo del resultado como en lo injusto del conjunto de atrocidades. Porque lo que estamos viendo no es mucho más que eso, un auténtico atentado contra la inteligencia humana.

Y es que a veces hay que simplificar las cosas para verlas un poco más claras. Todos sabemos a quien representan las listas de ANV. Todos. Si un sector del pueblo vasco, tiene sus derechos civiles suspendidos en conjunto, y no puede por tanto participar en la vida pública, dí­gase sin más rodeos, y actuese sin más mentiras. Eso sí­, óbrese siendo consciente de las consecuencias que puede acarrear esta chapuza. Y que nadie diga que amenazo cuando lo único que hago es analizar la posible evolución de los acontecimientos, más aún dada la inteligencia, o su carencia, que unos y otros están demostrando en todo este asunto.

Porque como suele decirse hay cosas con las que no se juega. Con el pan de los hijos, con la vida de los unos y los otros, con los sentimientos, y hasta incluso con la misma verdad. Si mantenemos vivo el espí­ritu de comedia que todo esto va pintando, la fiscalí­a, la abogací­a y hasta la avt deberí­an estar felices y contentos de tanto arrepentido. Porque todos esos contaminados han firmado su aceptación a incorporarse en una candidatura que presenta un partido que rechaza de forma explí­cita en sus estatutos el uso de la violencia, ergo ellos la rechazan, ergo de igual forma que san pablo, han caido del caballo y han tomado el camino de la justicia democrática del estado español que les oprime, valga la expresión.

Y por otra parte, se sigue planteando de forma perversa como criterio de contaminación hechos y actitudes del pasado, en lo que a la vida polí­tica personal se refiere, y en ningún caso se articulan procedimientos para conocer sus espectativas y posicionamientos actuales. Puestos a tirar de pasado, y nada más que de pasado, muchas candidaturas estarí­an tanto o más contaminadas. Por antiguos polimilis, por antiguos franquistas reconocidos y nunca arrepentidos, por participantes en manifestaciones de apoyo a reos de delitos de terrorismo, lease Vera, Galindo, etc etc.

Es posible que pertenercer a una lista que se ilegalizó en su dí­a, porque habí­a gente que estaba contaminada, haya creado nuevos virus, que de facto, provocarán la futura suspensión de derechos a quienes ahora les acompañan, y así­ hasta que todos estemos contaminados.

Y yo creo que lo que estamos es hartos de tanta comedia bufa. ¿Por qué no derogan los unos una ley tan kafkiana y antidemocrática como la de partidos en vez de dedicarse a ver quien saca más pecho en el sinsentido? ¿Por qué no quitan los otros la pistola de la mesa de una santa vez, en lugar de limitarse a dejarla con el seguro puesto? ¿Por qué no se dejan los unos y los otros de juegos malabares y retos al absurdo para centrarse en solucionar nuestros problemas y ya de paso los suyos también? No sé si ellos se lo merecen, pero creo que la mayorí­a de nosotros si que nos merecemos más respeto, mas seriedad, y más trabajo.

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