Del Ebro hasta el Adour

Una de las clásicas descripciones que en lo geográfico definen Euskal Herria, hace referencia a estos dos rí­os como lí­mites norte y sur. Ayer, por motivos que no vienen al caso tuve ocasión de estar, en el mismo dí­a junto a ambos rí­os, y lo que es más curioso, para hacer ese trayecto en mi coche, pisé el asfalto de dos estados europeos, y de tres comunidades autónomas. O aquellas definiciones están muy equivocadas, o nuestro afán de organizar las cosas ha degenerado en todo un caos.

El caso es que aquellas definiciones no están tan equivocadas, y que al final, los pirineos no son una frontera infranqueable para la gente que anda, que es inteligente, y que sabe encontrar los puertos. Y otra cosa diré, antes se encuentran los puertos de montaña que los vados de los grandes rí­os.

Digo esto porque Iparralde es un sitio curioso. Es Francia, pero ayer, comiendo con un ciudadadano de Ezpeleta, que vive oficialmente en Espelette, le contaba una anécdota curiosa. En unas vacaciones que pasamos en Elizondo, hicimos varias excursiones, una de las cuales nos llevó a Ezpeleta. Era dí­a de feria. Mi pequeño estaba excitado porque según decí­a él era la primera vez que estaba en Francia, y yo le decí­a, hijo, eso es muy relativo.

Entramos en un bar a tomar un refresco, y al fondo estaban los lugareños almorzando. Le dije a mi hijo, acércate a la mesa y dime de qué están hablando aquellos. í‰l me dijo, aita, que yo no sé francés, y yo le dije tu acércate y luego me dices. Se acercó, y al cabo de un rato volvió y me dijo, aita pero si hablan euskera, y le dije yo, pues por eso te decí­a que eso de Francia es relativo.

El lo comprendió desde entonces, pero a otros les cuesta más, aunque seamos todos europeos.

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